Ramiro Urenda y Fundación Pequeño Cottolengo: 'Se está cambiando el paradigma de ayuda' - 25 de Agosto de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 809586201

Ramiro Urenda y Fundación Pequeño Cottolengo: 'Se está cambiando el paradigma de ayuda'

Involucrarse es una de las palabras que más repite Ramiro Urenda, director ejecutivo de la Fundación Pequeño Cottolengo, cuando habla sobre donaciones.El ingeniero comercial decidió dejar directorios de empresas como Derco para, en 2014, viajar a Francia a conocer la organización "El Arca", iniciativa internacional que trabaja en el desarrollo de hogares y redes de apoyo para personas con discapacidad intelectual de distintos niveles.Para Urenda es un tema personal: "Soy de una familia de 10 hermanos, de los cuales tres tienen discapacidad mental severa. Eso significa que son personas que no tienen capacidad de 'rehabilitarse', que no llegan más allá de una edad mental de tres o cinco años durante toda su vida".Cambio de miradaSegún Urenda, el trabajo en los hogares del Pequeño Cottolengo no ha sido fácil. Recuerda que cuando llegó a tocar la puerta de los fundadores, la congregación de la Pequeña Obra de la Divina Providencia -también conocidos como Don Orione-, no estaban inscritos como fundación, lo que les dificultaba conseguir ingresos."Ellos tienen cierto nivel de especialidad, porque tienen estas obras en todo el mundo, pero también pasa que los sacerdotes son cada vez menos", apunta. De hecho, la congregación solo cuenta con 13 presbíteros en el país. "Así que, bueno, aquí llegué a revolverla", comenta riendo.Y aunque reconoce que conseguir recursos sigue siendo un desafío, la apuesta de Urenda es que las compañías vayan incluso más allá: "Lo que nos interesa es que las empresas no solo hagan el cheque, sino que se metan, que se involucren en las problemáticas. Lo que se está haciendo es cambiar el paradigma de ayuda".El director dice que él mismo va a las empresas y les cuenta a quienes trabajan allí qué necesitan: desde construir o remodelar un hogar, a generar planes de inversión o intervenir las áreas verdes que rodean las residencias."Hacemos un programa de márketing interno, para que los trabajadores se motiven, y la gente se inscribe como cañón. Así hacemos un programa de voluntarios, donde algunos van para hacer el jardín, otros a pintar y otros ayudan, por ejemplo, enseñando Excel a la gente de los hogares".El resultado, asegura, "ha sido impresionante. El involucramiento es lo único que, a...

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