Radiografía al partido de ME-O en sus días más turbulentos
Pero si bien los acuerdos fueron claros, otro asunto constituye un misterio, incluso para la mayoría de los militantes del partido: el lugar de la cita. Y es que una de las particularidades de la colectividad que lidera Enríquez-Ominami es precisamente no tener oficina ni domicilio conocido. Desde que dejaron su sede luego de la elección presidencial de 2013, para las bases del PRO constituye un enigma dónde se toman las decisiones.
El hecho, que podría interpretarse como una muestra de las precariedades que enfrenta un partido relativamente nuevo, tiene una significación que va mucho más allá de lo económico y que da cuenta del modo en que funciona una colectividad en que, al margen de estructuras formales, todas las decisiones las toma finalmente su líder natural, ME-O, junto con su brazo derecho, Cristián Warner. Este último se encuentra hoy al centro de la controversia, luego de que SQM-Salar incluyera en su rectificación tributaria millonarios pagos a una de sus empresas, Cristián Warner Comunicaciones.
El lugar clave: las oficinas de Warner
Revelador es el hecho de que, incluso cuando el partido tenía una sede (ubicada en Avenida Salvador), Enríquez-Ominami, Warner y sus más cercanos zanjaban las cuestiones importantes en otras oficinas: las de Cono Sur Research en calle Antonio Varas, también de propiedad del hombre de confianza del presidenciable, y que figura en la declaración de gastos de la campaña como prestadora de servicios al comando.
Pero había también otra dirección vinculada a la empresa, Antonio Ríos 58, mencionada en una de sus facturas.
Ese era, según ex colaboradores, uno de los lugares clave de ME-O y su círculo de hierro. Ahí se definían temas como la publicidad y la contabilidad interna. Uno de esos ex colaboradores reconoce incluso que tenía que ir a ese lugar a buscar su sueldo a fin de mes.
Mesa a la medida
A nivel dirigencial, pese a que los equipos han ido variando con el tiempo, siempre han mantenido la misma máxima: ser ejecutores de las ideas de Enríquez- Ominami.
Bajo esa premisa fue que llegaron a sus cargos los miembros de la actual cúpula PRO, conformada por Patricia Morales, como presidenta; el secretario general, Pedro Abarca, y el vicepresidente de asuntos programáticos, Camilo Lagos. Una mesa hecha a la medida de ME-O, quien instaló a Morales en la presidencia.
En cuanto a Pedro Abarca, ex MIR, es definido como el encargado de las gestiones políticas internas y fue quien cumplió la tarea de bajar y...
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