Quito, justo en el medio - 24 de Enero de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 855944110

Quito, justo en el medio

E n un viaje aéreo que hicimos a los Estados Unidos hace unos sesenta años (íbamos en cuadrimotor Panagra, volando bajito, como se usaba entonces; caíamos en todos los "vacíos", por pequeños que fueran; era lo que había...) nos dieron un certificado, con letras doradas, cuando cruzamos la línea ecuatorial y nos encontramos, de sopetón, volando en el hemisferio norte. Es que no deja de ser cosa estar en un punto geográfico tan notable. Usía puede, en Quito, salir unos cuantos kilómetros al norte de la ciudad e ir al monumento que señala el punto exacto por donde va la línea ecuatorial. Naturalmente, hay que pararse sobre ella con un pie en el hemisferio sur y otro en el norte. Queda uno de lo más contento, aunque no sabe bien de qué.Esa singular ubicación geográfica de Quito se advierte en varias cosas, de las cuales es importante que Usía conozca una de inmediato: allá el sol cae perpendicular sobre el cráneo, y por más frondosa que sea su cabellera, es indispensable circular con sombrero. De los cuales las "ferias artesanales" tienen abundantísima variedad, y no son caros. Pida "sombrero de panamá" o jipijapa, que es lo mismo. Muy buena protección. Y se lucirá con el jipijapa a la vuelta (si quiere que le dure más, humedézcalo con agua de vez en cuando, para que la paja reseca no se quiebre).Provisto de esa protección se me larga Usía a sus peripateos. El clima es siempre templado (lo cual engaña a muchos en esto de la quemadura de cráneo), y hablan de que en Quito reina la eterna primavera, favorecida por la gran altura a que está la ciudad. Y así es: hay árboles que florecen y florecen primaveralmente y no llegan a dar fruto porque les sigue pareciendo que todavía no es tiempo. Se agotan, los pobres, y no llegan a nada.Camine, camine. Pero tenga cuidado con los 2.850 metros sobre el mar: la primera vez que fuimos a Quito, cuarentoncitos, caminábamos por las calles a grandes zancadas, como si nada. La segunda, diez años después, se nos cortó el resuello a la primera cuadra, y lo vinimos a recuperar al segundo día. La tercera vez, después de otros diez años, aclimatarnos nos costó una semana; pero no nos morimos: todo lo que hay que hacer es caminar más despacio, sin sobreestimarse.Unas de las cosas que más asombra en el Ecuador es que un país de los de extensión más reducida de América, albergue tan grande cantidad de culturas diferentes, todas las cuales dejan de algún modo su huella en la capital. Se entiende que México, que es inmenso...

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