'No quiero ver a la UC en este estado, y me gusta el desafío de encabezar un proyecto'
A mediados de los 80, sin embargo, una conversación con Alfonso Swett -uno de los presidentes históricos de la UC- cambió su vida. "Me invitó a trabajar con él", recuerda Fazio, "y yo, honesto, le dije 'no sé si soy de la Católica'. No se complicó y me aseguró: 'Tú serás de la Católica'".
Y así fue. En 1994 se encargó de fichar a Néstor Gorosito -"viajé a Mendoza a ver el tema de los contratos", recuerda- y, años más tarde, ingresó a Cruzados SADP, organización que dejó en 2011, porque "no estoy en su misma línea. La UC ha perdido mucho de su identidad, ha ido perdiendo las bases de su historia. No veo un espíritu que anhele una Católica grande, no sólo en Chile, también en Sudamérica. Se está marcando el paso y no hay una visión ambiciosa. Eso tiene a Católica en la situación que está".
Fazio se lamenta: "Por muchos años estuvimos sobre nuestros rivales directos. Pero, primero Colo Colo y hoy la U, entendieron mejor el modelo de negocio. Se han puesto objetivos altos y la UC está en un estado de no evolución hace muchos años".
-Se suponía que con Cruzados iba a cambiar la historia. ¿Qué pasó?
"Pensamos, claro, en una conducción distinta. En la UC había gente talentosa que estaba dispuesta a colaborar con ideas, con iniciativa, pero el club se cerró; se mantiene la misma estructura que ha hecho que esa gente quede excluida. !Y las ideas no pueden ser patrimonio de algunos pocos¡".
-¿Qué explicación tiene usted?
"Es un club cerrado, con autoridades temerosas de abrirlo. Imagino que hay mucha aprensión para abrir espacios a equipos grandes de trabajo; se trabaja con muy poca gente. Y la UC es un club demasiado grande, que abarca demasiadas áreas, para que sea manejado por un grupo tan reducido".
El lío con la Fundación UC
-En los últimos días ha sido tema lo desfavorable que es para Cruzados el contrato de concesión con la Fundación del CDUC. ¿Por qué se firmó?
"No le asigno responsabilidad a la Fundación: hizo un planteamiento al mercado, hubo gente que lo aceptó y otra que no. Nadie puede alegar que era desconocido. Lo que tengo es una aprensión respecto a que no puede ser que un club que se abre al mercado desde una vía económica, la Fundación retenga el 20% y siga manejando el equipo exactamente igual que antes de la apertura. Hay un problema de espíritu, de buena fe, que ha sido vulnerado. Entonces me pregunto: ¿Cuál era el espíritu?, ¿recaudar dinero o abrirlo a más accionistas? A la luz de cómo se hizo el manejo posterior, pareciera...
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