'Quiero irme a vivir a un campamento' - 28 de Junio de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 517034978

'Quiero irme a vivir a un campamento'

-¿Le ha pasado a usted?

-Me dejó pensando mucho... -repite, riendo.

El sacerdote jesuita Felipe Berríos está en medio de exámenes de salud para tratar una infección dental que desarrolló en el Congo, mientras en su BlackBerry recibe cientos de mails, tanto de bienvenida como comentarios acerca de sus declaraciones al programa El Informante, el miércoles pasado.

Pero ahora, mientras se toma un café, profundiza sus opiniones y hace un balance de sus cuatro años fuera de Chile.

-¿Es verdad que mataron a uno de sus colaboradores en el Congo?

-Sí. Uno que era guardia y tenía nueve hijos. Lo mataron donde hacíamos las clases, donde yo tenía mi taller. Le dispararon unos soldados. Nunca se sabe por qué. Te matan nomás.

-¿Cómo cambió su mirada con esa violencia?

-Es que hay dos tipos de violencia. Una son las balas, que se dan en momentos esporádicos, y otra es la violencia del clima, la miseria, la corrupción, ver gente armada. La no proyección. Eso es violento y desgastante.

-¿Llegó cansado?

-Sí, mucho. Me siento desgastado y cansado. Me agoto de ver gente, quiero estar solo. Ahora, a mí como cura obviamente me cambió estar cuatro años escuchando y no predicando, y ver que para esta gente el Evangelio es una buena noticia, porque no tienen nada más. Es liberador. Para los que tenemos cosas, el Evangelio es importante, pero no vital, como lo es para los pobres extremos de allá. Y te cambia el ver que vivimos en una sociedad que trata de tener lo máximo posible, y allá tratan de tener lo mínimo indispensable.

-¿Cómo fue la vuelta a Chile y el contraste?

-Como te decía, he estado como aturdido. Todo eso de que uno se jugaba la vida diariamente, de un momento a otro se borra. Y llegas a un mundo donde está todo prácticamente solucionado. Es un golpe fuerte. Antiguamente, uno regresaba en barco y tenía un mes o dos de transición y de digerir lo vivido. Ahora, en un día estás en otro mundo. Eso choca mucho. Uno tiende a ponerse autista.

-¿De verdad se puso autista?

-Sí, no quiero estar con nadie -se ríe-. Me cansa la gente, quiero estar solo. Hay que tener cuidado de no deprimirse y no bajonearse. Comprender que esta es una realidad distinta, que también tiene sus desafíos y sus dolores.

-Le dolió dejar a sus alumnos, ¿no?

-Sí. Es terrible abandonar a los abandonados. Es un trago fuerte.

-Se dijo que casi se murió de malaria.

-No. Me dio malaria. Aquí la gente cree que la malaria es como lepra, pero allá es como decir que tienes gripe. No le dan importancia. En realidad estuve tres días out, en que ni piensas.

-¿En qué cambió usted tras cuatro años en África? ¿Qué cosas que pensaba antes, las repensó?

-Uno cambia, y mira la vida de una manera distinta, con más paciencia. No soy el mismo. Necesito tiempo para ir digiriendo, lo noto. Me voy a ir a retiro algunos días, eso me va a hacer bien. Hay que pensar que después de lo que viví, esto es como tomar té después de haber comido mermelada. En el fondo, uno todo lo encuentra desabrido. Allá, las 24 horas del día te la estás jugando.

-Su estilo no cambió. Antes de irse, se lo acusó de tener un magisterio paralelo, por sus discrepancias con la jerarquía de la Iglesia, y en la entrevista de TVN volvió a criticarla fuertemente.

-Bueno, lo que la gente espera es que uno sea sencillo y diga lo que piensa, tratando de no pisar callos, pero las situaciones son las complicadas, no el que lo dice. Yo no quiero pelearme con las personas del hospital de la Universidad de los Andes. Debe ser gente buena y trabajadora y con buenas intenciones, y que ama y que tiene hijos, pero hay una situación que es la mala. Yo no agredo a personas, ni soy el buscapleitos, sino que la situación... Que haya gente marginada de la salud, eso es violento. Y si hablas de esto, te dicen que estás promoviendo la lucha de clases, pero son situaciones que son violentas.

-Tras sus declaraciones, algunas personas lo criticaron porque no consideró que el Opus Dei también tiene colegios en Bajos de Mena y en El Castillo. Y que la UC posee recintos en sectores...

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