Punta Lavapié una reconstrucción (que) indigna - 16 de Diciembre de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 972421445

Punta Lavapié una reconstrucción (que) indigna

A Héctor Durán se le iluminan los ojos cuando escucha hablar del incendio forestal del 2 de febrero. Este pescador artesanal es el único cliente que almuerza a esta hora en el restaurante La Lumita, en la caleta Punta Lavapié, un villorrio de arenas blancas del extremo del golfo de Arauco, en el Biobío.Es miércoles de inicios de diciembre y Héctor se acerca a mostrar los videos grabados esa noche. Después de comer una merluza frita con ensaladas, este hombre moreno, de estatura media y jockey, que dice haber sido aprendiz de la Escuela de Artillería del Ejército y auxiliar de buses, se ofrece a llevar hacia el lugar donde comenzó todo. Luego de caminar unos 10 minutos por arenales repletos de conchitas, impedido de avanzar a causa del oleaje, se detiene en un roquerío.-Allá donde se ven esas casas partió el incendio, como a las 9 de la noche -dice apuntando a un sitio lejano del norte-. Cuando supe que se estaba prendiendo el fuego cargué mi celular y partí para allá. Como a las 11 de la noche volví, me puse un overol y le dije a mi mamá: "Váyase, que esto se viene feo".Esa noche, la Armada informaba que en la zona había vientos cercanos a los 80 kilómetros por hora. A las 4 de la madrugada se quemó la primera casa del sector. Más tarde sucedería lo mismo con la cocinería de la madre de Héctor.Al otro extremo del villorrio, en la parte sur de Lavapié, sobre un risco, está la Villa Las Estrellas. Junto a la calle está la casa de Tamara Navarrete, quien en su living recibe a las vecinas María Lavín, Yolanda Chamblas e Isabel Durán, que se atropellan para relatar lo que vivieron hace 10 meses.Esa noche gran parte de los residentes fueron a mirar las llamas cuando partían, a unos 10 kilómetros de sus hogares. Los registros muestran que las lenguas de fuego subieron de manera feroz por los cerros en pocas horas y devoraron los bosques de pinos."Había un viento infernal, de esos en que uno no se podía mantener parada. Y el cielo estaba rojo... como si fuera acabo de mundo", rememora Isabel."Yo no olvido cómo sonaban las chispas... así que le dije a la vecina que juntáramos agüita porque a lo mejor esto se iba a prender", interviene María.Isabel admite que pensó que su amiga exageraba, porque veía que el fuego estaba lejos. Lo mismo imaginó Tamara, quien hasta se acostó con sus hijas."Estaba durmiendo cuando escuché la voz de María, que me vino a tirar piedras, me golpeó la puerta y gritó: "!Vecina, vecina, despierte, el fuego, arranque¡", relata Tamara.María explica que su miedo afloró cuando vio saltar una chispa a la escuela, que estaba debajo de la villa. En ese momento dice que supo que su peor pesadilla podía repetirse, pues siete años antes, también en febrero, su casa se quemó en un incendio forestal.Aterradas, huyeron en masa a la playa, a cobijarse cerca del mar, donde pasaron la noche en medio de un humo que les dificultaba respirar. Algunos evacuados abordaron botes y se fueron a pueblos vecinos. Otros, en cambio, se negaron porque querían estar cerca de sus cosas.Alrededor de las 9 de...

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