Un pueblo dividido por Dominga
-¿Cómo te imaginas a La Higuera con Dominga?-Con trabajo -responde Ana María Castillo, vecina de la comuna, a favor del proyecto-. Con oportunidades. Con mejores servicios. Menos abandonados. Con mi gente con posibilidades, con jóvenes con posibilidades.-¿Cómo te imaginas a La Higuera con Dominga?-De solo imaginarlo sería desolador. -dice Paz Urrutia, vecina de la comuna, en contra del proyecto-. Contaminada. Con relaves. Con todo lo que eso trae: enfermedades, para luego irse y dejar ¿qué?Dominga 7La Higuera está a 44 kilómetros al norte de La Serena. Para abastecerse de agua, las personas deben esperar que el suministro viaje cerca de 20 kilómetros por tuberías, empujado por una bomba, desde el sistema de Agua Potable Rural (APR) instalado en la localidad cercana de Trapiche. Sin embargo, el sistema no todos los días funciona. Hoy, viernes 11 de marzo, dice la presidenta de la Asociación Comunal, Ana María Castillo, es el tercer día con intermitencias en el servicio.A diferencia de sus vecinos de la costa, favorecidos por los atractivos turísticos y la abundancia de recursos marinos, las personas de La Higuera han debido ingeniárselas para extraer sustento en un territorio que, por momentos, parece más un paisaje marciano: cerros y cerros de roca interminables, de los que aún cuelgan corrales de pircas habitadas por unos pocos pirquineros dedicados a la extracción de oro, cobre o hierro. La relación de la población con la minería es histórica. Muchos acá son descendientes de los ex trabajadores del yacimiento El Tofo, que comenzó a explotarse a fines del siglo XIX, y se mantuvo activo por más de sesenta años. Los más antiguos todavía recuerdan el anfiteatro, las tiendas, la iglesia, e incluso la central telefónica de un campamento que albergó casi a dos mil personas y del que hoy solo quedan ruinas.Por eso, dice Ana María Castillo, cuando llegó la noticia de que una nueva minera se instalaría en la comuna, fue un flashback hacia ese pasado más esplendoroso: hoy en día, las oportunidades laborales en La Higuera se reducen al trabajo informal, que representa la mitad de los empleos, mientras el resto se reparte entre el municipio, en alguna escuela de la comuna o en el Cesfam. Por lo mismo, la mayoría debe trasladarse por 45 minutos en locomoción hacía La Serena, y muchos prefieren trabajar por turnos en empresas mineras del norte. Algunos datos para comprender la situación demográfica de la comuna destapan el abandono que reclaman los vecinos: según la última encuesta Casen, el 50% de las viviendas no cuenta con servicios básicos, el índice de pobreza multidimensional (carencias en salud, educación y calidad de vida) alcanza uno de los máximos a nivel nacional, con un 40,25%, al igual que la pobreza por ingresos, con un 20,54%. Vecinas como Hilda Leyton, de 75 años, aún tienen baño de pozo. El resto de las ausencias, dice Ana María, sentada en la plaza de su pueblo, sería hablar de lujos: no hay farmacia, salvo la del consultorio, ni entretención para los niños más que esta plaza donde suelen hacer turno para subirse a los juegos. Tampoco hay una bencinera cerca, situación que queda en evidencia cada vez que una pareja en busca de distracción no puede hacer partir el vehículo en mitad del desierto: ni siquiera hay un motel en La Higuera, donde el hacinamiento afecta al 15% de la población.Ana María, que trabajaba como asistente de párvulos, recuerda el día en que la empresa Dominga convocó a los vecinos para exponer el proyecto.-Fue hace diez años. Nos citaron en la junta de vecinos -cuenta Ana María, morena, pequeña, madre de tres hijos-. Nos presentaron el proyecto, nos dijeron querían trabajar con la comunidad y claro, a la gente le interesó inmediatamente, por las oportunidades de trabajo.Tan pronto como se creó la Asociación Comunal para agilizar la relación entre los vecinos y la empresa controladora del proyecto, Andes Iron, surgió el rechazo de organizaciones ambientalistas y de vecinos, preocupados por el impacto ambiental y social que generaría la minera. Sobre todo, por su cercanía a la reserva nacional Pingüino de Humboldt, y por el peligro de eventuales derrames de hidrocarburos que, al contaminar las aguas, podrían dañar la fauna y el sustento turístico y pesquero...
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