Publican reveladoras cartas de Vicente Huidobro - 9 de Agosto de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 579889162

Publican reveladoras cartas de Vicente Huidobro

Ni siquiera pudo disuadirlo su madre, María Luisa Fernández, quien ejercía gran influencia sobre él. En una carta de esos años, a propósito de otra discordia con los jesuitas, apela primero a sus deberes: "Piensa quién sería el perjudicado en el caso de cerrar los libros; ni tu padre, ni el rector en todo caso, sino aquellas personas que con amor se interesan por tu porvenir, que esperan ver en ti un hombre útil a la Iglesia, a la Patria, un hombre culto en su hogar y en la sociedad, y no un Huidobro cualquiera". Pero, como buena madre, María Luisa también acude al chantaje emocional: "He sufrido demasiado para tener que morir sin esperar nada. Y a propósito de muerte, te diré que anoche tuve un ataque bastante fuerte: el médico dice fué al corazón, pero ya estoy acostumbrada a la desgracia, no puedo creer cosa tan alagadora [sic]".

Un noviazgo de niños

Era cierto que Huidobro no había leído a Zola pero sí, dos años antes, a los pensadores anarquistas Piotr Kropotkin y Mijaíl Bakunin. Así lo cuentan en el libro-álbum Vicente Huidobro. A tu llegada -editado por Origo con el apoyo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes- la investigadora Macarena Cebrián y Manuela Salcedo García-Huidobro, hija de Carmen García-Huidobro Portales, la menor de los cuatro hijos que Vicente Huidobro tuvo con su primera mujer, Manuela Portales Bello (1894-1965), descendiente de Diego Portales y Andrés Bello.

"Ellos eran unos niños cuidados, protegidos, de una época en que casi todo transcurría en la imaginación, no había lugar para vivir el amor más de cerca", reflexiona Manuela Salcedo en el prólogo. Tenían 15 y 17 años. Todavía estaban en el colegio. Ella, en el Sagrado Corazón, de las Monjas Inglesas. Su hermano Domingo era compañero de curso y amigo cercano de Vicente en el San Ignacio. Según la memoria familiar, los futuros esposos se conocieron en el funeral del padre de ella, Domingo Portales Aldunate. De ahí que la primera esquela incluida en el libro haya sido enviada en un pequeño sobre con bordes negros, de luto, como varias otras del volumen, marcadas por otras pérdidas familiares. "Manuelita: Quiero que por su mano ponga esas flores, en mi nombre, en la tumba de su papá", le encarga Vicente.

Los intercambios de notas, poemas y cartas de los años del noviazgo (1910-1916) contienen versos ajenos y propios. De parte de Manuela, poemas de Bécquer y mensajes de escueta elocuencia ("El amor grande no habla... Suspira"). Huidobro suele enviarle...

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