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Proyecto de ley que modifica la Ley General de Pesca y Acuicultura en el ámbito de los recursos bentónicos.

Fecha09 Abril 2019
Número de Iniciativa12535-21
Fecha de registro09 Abril 2019
EtapaSegundo trámite constitucional (C.Diputados) Primer informe de comisión de Pesca, Acuicultura e Intereses Marítimos
MateriaRECURSOS BENTÓNICOS, RECURSOS BENTÓNICOS Y ACUÁTICOS
Tipo de proyectoProyecto de ley
Cámara Legislativa de OrigenSenado,Mensaje















Boletín N° 12.535-21

Proyecto de ley, iniciado en mensaje de S. E. el Presidente de la República, que modifica la Ley General de Pesca y Acuicultura en el ámbito de los recursos bentónicos.








MENSAJE 19-367/





Honorable Senado:

A S.E. EL

PRESIDENTE

DEL H.

SENADO



Tengo el honor de someter a vuestra consideración el siguiente proyecto de ley que modifica la Ley General de Pesca y Acuicultura en el ámbito de los recursos bentónicos.

I. ANTECEDENTES


Nuestro país goza de una dotación privilegiada de recursos naturales que debemos saber usar de manera responsable a fin de promover un desarrollo sustentable en el largo plazo. Agricultura, ganadería y bosques, minería y pesca, energía y agua, extensos parques naturales y paisajes deslumbrantes nos brindan grandes oportunidades de progreso que está en nuestras manos hacer realidad.


Nuestro mar no es sólo una frontera infinita, sino también uno de nuestros grandes recursos productivos. Las corrientes que bañan nuestro territorio marítimo, nos hacen poseedores de una de las variedades de ecosistemas marinos más amplios y ricos a nivel mundial, donde especies hidrobiológicas de toda clase cohabitan con una nutrida flora que puebla el litoral chileno. Sin embargo, cada vez que se habla de abundancia de recursos marinos, ésta se asocia de inmediato a los diferentes tipos de peces, excluyéndose del imaginario la amplia gama de recursos hidrobiológicos que pueblan el océano. En especial, aquéllos que se encuentran más cerca del borde costero, en particular, en lo que se denomina el “bentos”, concepto que proviene del griego β&941;νθος/benthos y que significa "fondo marino".


Las costas de Chile presentan una gran variedad de recursos bentónicos, esto es, aquellos que realizan parte preponderante del ciclo vital con asociación directa a un sustrato, dentro de los que destacan, entre otros, erizo, loco, macha, lapa, navajuela, almeja, huepo, juliana, taquilla, pulpo, jaibas y dentro del grupo de algas, huiro negro, huiro palo, huiro flotador, cochayuyo, pelillo, lugas, etc., los que, por las características del régimen de administración al que están afectos, son extraídos por la pesca artesanal, redituando en importantes ingresos para este sector, siendo destinados en su gran mayoría a la exportación.


Es así como la importancia económica y social que tienen estos recursos para los pescadores artesanales, radica en gran parte en que, al ser dichos pescadores y sus organizaciones los únicos agentes extractores y, considerando que las zonas costeras son las más productivas dentro del medio ambiente marino, dicha actividad constituye una importante fuente de ingresos y proporcionan el sustento de vida a miles de familias, siendo la pesca artesanal bentónica la que explota en forma exclusiva cerca de cincuenta y ocho especies de invertebrados y algas. Estas actividades extractivas incluyen desde la recolección tradicional de subsistencia (marisqueo) realizada desde tiempos pre-colombinos, hasta la captura de invertebrados y recolección de algas tanto desde el intermareal o rompiente, como desde el submareal somero, utilizando implementos tradicionales (chope, ganchos).


En efecto, si bien la pesca industrial abarca un porcentaje mayoritario de la explotación de las especies pelágicas, la pesca artesanal sigue siendo un importante abastecedor del mercado interno de productos del mar, aportando mayoritariamente crustáceos bentónicos costeros, algas provenientes de praderas naturales, moluscos y otras especies bentónicas explotadas en las Áreas de Manejo de Recursos Bentónicos.

Resulta imperioso recordar que décadas atrás, la fuerte alza del volumen exportado y los retornos económicos, como resultado de la demanda que surgió desde los mercados asiáticos, sumado a una legislación insuficiente, generó en su momento una severa sobreexplotación de los mismos, con los consabidos impactos económicos y sociales negativos para el sector, generando gran desempleo y poniendo en riesgo la fuente de subsistencia de las comunidades dependientes de esta actividad.


A modo ejemplar, se puede indicar que la pesquería del erizo Loxechinus albus que se desarrolla en la costa de Chile, aporta más del 50% de los desembarques mundiales de erizo.


Las algas marinas, por su parte, son explotadas y utilizadas como materia prima, en la industria de alginatos, carragenanos y agar; y en menor grado, consumidas como alimento. Durante la última década, la creciente importancia económica alcanzada por estos recursos ha elevado los niveles de explotación de 270.000 a 470.500 toneladas secas por año, con retornos cercanos a los US$ 210 millones el año 2017.


A este respecto, cabe hacer presente algunas consideraciones. En primer término, las algas tienen una importancia social relevante, dado que la recolección es realizada por algueros y sus familias, quienes dependen total o parcialmente de estos recursos.


Además, las algas son ecológicamente importantes, dado que constituyen la base de cadenas tróficas bentónicas, constituyen hábitat y refugio, conformando zonas de reproducción, asentamiento larval y reclutamiento de numerosas especies de invertebrados y peces. En áreas intermareales y submareales someras del norte de Chile, el huiro negro, (Lessonia berteroana /spicata), huiro palo (Lessonia trabeculata) y huiro flotador (Macrocystis pyrifera), actúan como especies claves y estructuradoras de estos ecosistemas costeros, albergando otras especies de importancia económica y social (e.g. lapas, loco, erizos, peces).


Al mes de mayo de 2018, el número total de agentes extractivos inscritos y activos en el Registro Pesquero Artesanal (RPA), asciende a 88.134 personas. De este total, existen 68.843 agentes vinculados al sector bentónico. Lo anterior, a través de la categoría de recolector de orilla, alguero o buzo apnea, lo que equivale al 78% del total de los inscritos en el RPA, siendo las regiones de Coquimbo, Biobío, Ñuble y Los Lagos las más relevantes dentro de esta categoría.


Por su parte, existen actualmente un total de 5.734 embarcaciones vinculadas a la extracción de algas y especies asociadas a buceo, donde cerca del 93% son embarcaciones menores de 12 metros.


En este contexto, cabe señalar que una medida que ha sido bien acogida y valorada por las organizaciones de pescadores artesanales, es precisamente el régimen denominado Áreas de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERB), el que ha mostrado en la práctica, ser una herramienta eficaz para los intercambios comerciales entre demandantes de materias primas y los titulares AMERB, puesto que quien compra, establece sus requerimientos de calidad (calibres, unidades por kilo, etc.), y la organización vende en función de su capital natural (los recursos presentes en el área).


A través del régimen indicado anteriormente, se asignan derechos de explotación exclusiva a organizaciones de pescadores artesanales, mediante un plan de manejo y explotación basado en la conservación de los recursos bentónicos presentes en sectores geográficos previamente delimitados y formalmente establecidos mediante destinación marítima. Con esto, se logra, por un lado, regular el acceso a las pesquerías bentónicas y propender a la conservación de estos recursos; y, por otro, se fomenta la consolidación de las organizaciones de pescadores y su capacidad de gestión, propiciando la recuperación de los niveles de abundancia en las áreas entregadas, así como también, incrementar los beneficios de los pescadores a través de una gestión comercial organizada.


Actualmente, a lo largo del país, se encuentran establecidos más de 800 sectores bajo dicho régimen, que corresponden a cerca de 123.000 hectáreas de superficie dentro del área de reserva para la pesca artesanal. Cabe agregar que, dada la acogida que posee el régimen entre las organizaciones de pescadores artesanales, cerca de 500 nuevas propuestas se encuentran en tramitación para su posible establecimiento, representando más de 90.000 hectáreas. Por otro lado, un total de 600 áreas de manejo, hoy se encuentran asignadas a 400 organizaciones de pescadores artesanales, con casi 18.000 socios, quienes mantienen planes de manejo y explotación de los recursos bentónicos presentes en su interior, supervisados por la autoridad pesquera.


Adicionalmente, a partir de la ley N° 20.560, se reconoció la implementación de las llamadas mesas público-privadas y los respectivos planes de manejo bentónicos, los que constituyeron el primer esfuerzo por realizar un manejo participativo de las pesquerías nacionales. Esta herramienta fue posteriormente modificada por la ley 20.657, la cual introdujo cambios que se aplicaron indistintamente a todas las pesquerías nacionales, sin hacer distinción de las particularidades y el nivel de avance previo registrado en pesquerías bentónicas para las que incluso se contaba a la fecha de...

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