Proyecto de acuerdo relativo al Acuerdo de Complementación Económica Chile-Mercosur, y sus Anexos, y al Protocolo sobre Integración Física del mismo, suscritos por los Estados miembros del MERCOSUR, por una parte, y Chile, por la otra; al Protocolo de Adhesión a la Declaración sobre compromiso Democrático en el MERCOSUR, suscrito por Chile; y al Protocolo al Acuerdo de Complementación Económica, suscrito entre los Estados partes del MERCOSUR Y Chile. - Proyectos de Ley - Iniciativas legislativas - VLEX 914513272

Proyecto de acuerdo relativo al Acuerdo de Complementación Económica Chile-Mercosur, y sus Anexos, y al Protocolo sobre Integración Física del mismo, suscritos por los Estados miembros del MERCOSUR, por una parte, y Chile, por la otra; al Protocolo de Adhesión a la Declaración sobre compromiso Democrático en el MERCOSUR, suscrito por Chile; y al Protocolo al Acuerdo de Complementación Económica, suscrito entre los Estados partes del MERCOSUR Y Chile.

Fecha17 Julio 1996
Número de Iniciativa1891-10
Fecha de registro17 Julio 1996
EtapaTramitación terminada D.S. Nº 1.411 (Diario Oficial del 04/10/1996)
MateriaCOMPLEMENTACIÓN ECONÓMICA, MERCOSUR
Cámara Legislativa de OrigenMensaje,Cámara de Diputados
Tipo de proyectoProyecto de acuerdo
Mensaje de S

Mensaje de S.E. el Presidente de la República. Acuerdo de Complementación Económica Chile-Mercosur. (boletín Nº1891-10)



"Honorable Cámara de Diputados:


Tengo el honor de someter a vuestra consideración el Acuerdo de Complementación Económica Chile-Mercosur, sus Anexos, el Protocolo sobre integración física al mismo, suscritos por los Estados miembros del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), por una parte, y Chile, por la otra, y el Protocolo de adhesión a la "Declaración sobre compromiso democrático en el Mercosur", adoptado por Chile, todos en la localidad de Potrero de Los Funes, Provincia de San Luis, República Argentina, el 25 de junio de 1996.

Vivimos una nueva etapa en nuestras relaciones vecinales, marcada por cambios mundiales, regionales e internos que tienden a hacernos cada vez más interdependientes. Existe un amplio consenso en nuestro país en torno a la urgente necesidad de buscar nuevas formas de complementación e integración económicas que permitan enfrentar los retos que nos demandan estos tiempos.

La sociedad chilena ha seguido con particular atención el desarrollo del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), que es considerado como el esquema de integración de mayor potencial imaginable en esta área de América Latina. No se puede ignorar el hecho de que se está configurando un nuevo mercado unificado y una nueva realidad política con una fuerte proyección internacional.

Chile no puede permanecer ajeno a este proceso. Una mirada al mapa y una revisión somera de nuestras vinculaciones tradicionales bastan para recordarnos que, de acuerdo a criterios geográficos, históricos, culturales, políticos y económicos, América Latina constituye el ámbito prioritario y natural de la acción externa de Chile.

Nuestro destino como nación está profundamente ligado al de nuestros vecinos. Sus éxitos y sus problemas son los nuestros. Su prosperidad será también la nuestra.

La economía chilena se está vinculando cada vez más al resto del Cono Sur. Nuestro comercio e inversiones se están orientando crecientemente en esa dirección. Se están desarrollando auspiciosos proyectos de integración física que harán todavía más intensos los lazos mutuos. Se abren nuevas oportunidades para mejorar los vínculos bioceánicos, para unir al Atlántico con el Pacífico y generar una relación más significativa con los grandes mercados situados en sus riberas.

Los vínculos empresariales hacen que el proceso de interdependencia entre nuestras economías vaya adquiriendo un carácter más profundo e irreversible. El sector público ha dejado de ser la fuerza principal en este proceso. El impulso viene ahora de sectores cada vez más variados e importantes de nuestras sociedades. Esta realidad implica el inicio de una nueva etapa en las relaciones de Chile con los países del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), que requiere de un marco de instrumentos distintos a los tradicionales.

En este contexto, el Gobierno de Chile ha suscrito el Acuerdo de Complementación Económica Chile-Mercosur y los instrumentos complementarios que se someten a la consideración del Honorable Congreso.



I. ACUERDO DE COMPLEMENTACIÓN ECONÓMICA CHILE-MERCOSUR, SUSCRITO POR LOS ESTADOS PARTES DEL MERCADO COMÚN DEL SUR, POR UNA PARTE, Y CHILE, POR LA OTRA.



Tal como se expresa en el Preámbulo del Acuerdo que hoy someto a la aprobación de vuestras señorías, éste se celebra en desarrollo del Tratado de Montevideo 1980, que creó la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), y constituye, a juicio del Gobierno que me honro en presidir, no sólo un importante factor para la expansión del intercambio comercial entre Chile y el Mercosur, sino que a la vez establece las bases para una amplia complementación e integración económica recíproca.

Su naturaleza jurídica es la de un acuerdo de alcance parcial concertado dentro del ordenamiento jurídico de ALADI, ya que los derechos y obligaciones generados por el Acuerdo sólo empecen a las Partes Signatarias del mismo.

Con todo, se ha estimado política y jurídicamente conveniente someterlo a vuestra aprobación, tanto por la envergadura de los compromisos contraídos, como por el hecho que en la última ronda de negociaciones se adoptaron compromisos e instrumentos que modifican ley interna.

A este respecto, cabe recordar que los propios países miembros del Mercado Común del Sur, creado por el Tratado de Asunción, ajustaron sus compromisos a las disposiciones de ALADI, concertando a su vez un Acuerdo de Complementación Económica oportunamente conocido por la Asociación.

Los objetivos del Acuerdo de Complementación Económica que se somete a vuestra consideración, tal como se recogen en el artículo 1º de éste, son los siguientes:


1. Establecer el marco jurídico e institucional de cooperación e integración económica y física que contribuya a la creación de un espacio económico ampliado que tienda a facilitar la libre circulación de bienes y servicios y la plena utilización de los factores productivos;


2. Formar un área de libre comercio entre las Partes Contratantes en un plazo máximo de 10 años, mediante la expansión y diversificación del intercambio comercial y la eliminación de las restricciones arancelarias y no arancelarias que afectan el comercio recíproco;


3. Promover el desarrollo y la utilización de la infraestructura física, con especial análisis en el establecimiento de interconexiones bioceánicas;


4. Promover e impulsar las inversiones recíprocas entre los agentes económicos de las Partes Signatarias;


5. Promover la complementación y cooperación económica, energética, científica y tecnológica. Para Chile, la apertura externa ha demostrado ser una condición indispensable para crecer. El dinamismo de las exportaciones ha jugado un rol determinante en estos ya casi 12 años de ininterrumpido y alto crecimiento. Entre 1983 y 1995, las exportaciones crecieron a un promedio de 9.7%; en el mismo período el PIB lo hizo a un promedio anual de 6.6%.

A partir del año 1990, nuestro país ha profundizado y mejorado la inserción de Chile en la economía mundial al consolidar la apertura unilateral, conjuntamente con la promoción de acuerdos económicos con países y zonas comerciales. Ello ha permitido evitar importantes desviaciones de comercio al vincularse a un mundo crecientemente organizado en zonas o espacios de comercio que aceleran o profundizan los acuerdos de la Organización Mundial de Comercio. La estrategia de "regionalismo abierto" es consistente con una economía como la chilena que sólo representa el 0.26% del comercio mundial.

La creación de incentivos para la innovación tecnológica y para el mejoramiento de la calidad de vida de todos los ciudadanos ha complementado la política de disminuciones unilaterales de los aranceles con una política de integración a todos los acuerdos de comercio que están en curso de negociación, contribuyendo a la liberalización de los intercambios comerciales internacionales.

Cabe agregar que si bien la apertura unilateral hizo más competitivas a las empresas y tuvo un papel decisivo en el mejoramiento de nuestra inserción internacional, esta opción no tiene el efecto de abrir otros mercados o de asegurar nuestro acceso a ellos. De ahí la necesidad de complementar una apertura unilateral mediante negociaciones de libre comercio con otros países o grupos de países.

El Acuerdo entre Chile, por una parte, y los Estados Partes del Mercado Común del Sur, por la otra, debe ser evaluado en el contexto de los méritos que el mismo conlleva. La existencia de sectores rezagados del crecimiento económico es un desafío nacional que va más allá del mencionado Acuerdo. Con todo, el país tiene más oportunidades de superarlos exitosamente tras el acuerdo que hoy sometemos a la aprobación de vuestras señorías, toda vez que las economías grandes tienden a imponer restricciones al acceso a sus mercados, en particular en las producciones que contienen más valor agregado.

Cabe recordar que el Mercado Común del Sur, al constituirse como una Unión Aduanera, liberalizando el comercio intra MERCOSUR, ha fijado un arancel externo común con respecto a terceros países, reservando de este modo mercados para los países que conforman el Acuerdo en detrimento de otros socios comerciales y en especial de Chile. De no haberse alcanzado un acuerdo con los Estados Partes del Mercado Común del Sur, nuestro país se encontraría en desventaja comercial, sin perjuicio de que las preferencias que constituyen el patrimonio histórico en el marco de ALADI se perderían.

Esto último será particularmente importante al momento de evaluar el Acuerdo entre Chile y los Estados Partes del Mercado Común del Sur, esto es, al comparar el comercio que habría si se eliminasen todas las preferencias existentes, en relación con el que habría al mantenerse buena parte de éstas, como se ha producido en los acuerdos alcanzados con el Mercado Común del Sur.

Durante los últimos 5 años, la región latinoamericana aumentó su participación como mercado para las exportaciones totales de Chile desde un 12,4% en 1990 a un 18,9% en 1995. Durante el mismo período, nuestro comercio con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, países miembros del Mercado Común del Sur, aumentó 150%.

En términos prácticos, cabe destacar que alrededor del 68% de las exportaciones con destino al Mercado Común del Sur ingresarán a partir de octubre del presente año con una rebaja de a lo menos 40% de los...

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