En su propia trampa - 30 de Enero de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 592628966

En su propia trampa

Un golpe humano y un golpe político.

También político, porque revierte hacia la Presidenta y su familia todo el reproche moral con que el sector político encabezado por ella golpeó duramente a la derecha en los últimos años.

La pérdida del poder luego del triunfo de Sebastián Piñera fue un duro golpe para la izquierda chilena.

Mucha gente en ese sector conoció el rigor de lo que un columnista llama los "temores alimenticios". La vida fuera del gobierno era insoportablemente más difícil que en las cómodas dependencias de La Moneda, y alentó aquel miedo inconcebible a la pobreza que describía el cantor.

Sin dilaciones, la ex Concertación decidió reinventarse para intentar la reconquista de La Moneda. Su plan se centró en lo que mejor sabe hacer la izquierda: destruir.

Así, el gobierno de Sebastián Piñera tuvo una oposición implacable; no se trepidó en destruir el prestigio de las instituciones con tal de lograr la aniquilación de la reputación de quienes detentaban poder y especialmente del sistema económico que nos regía hasta entonces.

La oposición a Piñera, la Nueva Mayoría y su programa, se estructuraron sobre la base de un ataque frontal a tres conceptos claves: el lucro, la desigualdad y el abuso.

Al atacar el lucro, se apuntaba directamente al sector empresarial, que era un eje fundamental del sistema de economía de mercado. Era importante, no obstante, relacionar el lucro con abusos y ello se logró efectivamente con la Universidad del Mar, La Polar y otros casos emblemáticos.

Y aquí entra el ataque a la desigualdad. La mayoría de las personas tolera importantes diferencias en el ingreso de las personas. Entiende que hay algunos que tienen mayores habilidades, talentos e incluso suerte, que son recompensados por el mercado. Pero lo que no tolera es que esa desigualdad sea injusta, fruto de abusos.

Por eso la tríada de lucro, abusos y desigualdad era inseparable en el plan de la izquierda. Porque transformaba las diferencias en nuestra sociedad, y por lo tanto el sistema que las cobijaba (economía de mercado) en ilegítimas.

El intento de la izquierda por demoler la reputación del sistema de economía de mercado tuvo dos aliados impensados. Por una parte, la derecha, incluyendo a sus partidos y al gobierno de Piñera, que no tuvieron el coraje o la visión para defender el lucro y la desigualdad como elementos...

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