'Prometeo, el origen' tiene demasiadas palabras, materiales y estilos - 4 de Diciembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 547345158

'Prometeo, el origen' tiene demasiadas palabras, materiales y estilos

Frente al resultado final, impresiona su gélido esteticismo. Ocurre en un espacio abstracto poblado de formas y líneas geométricas, por el que los siete ejecutantes circulan con estilizados desplazamientos -también algo amanerados, a decir verdad- como si fuera una coreografía. Todo lo cual genera una atmósfera irreal y artificiosa, enmarcada sugestivamente por la música (Alejandro Miranda) que suena la mayor parte del tiempo grandiosa y operática.

Pero hasta aquí llega lo rescatable. A poco andar, la experiencia empieza a parecer pomposa y rebuscada; provee un artificio de índole cerebral y argumentativa, que mientras avanza se hace cada vez más y más confuso. Lo que vemos es un ensayo de la obra misma -un 'work in progress', y se nos explica con irritante didactismo qué es algo así- el cual cambia abruptamente de tono cuando aparece en escena un libro mágico o sagrado, conteniendo las respuestas a las preguntas fundamentales que se ha hecho el hombre a través de la historia: quiénes somos, de dónde viene y adónde va la especie humana, cómo hemos desaprovechado el conocimiento que Prometeo robó a los dioses para nosotros, los 'efímeros'.

Este es un texto 'posdramático', por llamarlo así, sin interés alguno por el dramatismo o la adhesión emotiva. Expone una abrumadora disertación de ideas y reflexiones, mayormente de corte filosófico, a ratos con ciertos visos esotéricos, que la puesta busca envolver en esa teatralidad fragmentada, supuestamente seductora. Los ejecutantes solo son disciplinados voceros de ese...

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