Promesas incumplidas
| Autor | Luciano Simonetti I. |
| Cargo | Abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente se desempeña como investigador del Programa Legislativo de Libertad y Desarrollo |
| Páginas | 19-20 |
Libertad y Desarrollo
umado a los graves inconvenientes recién presen-
tados, los plebiscitos tampoco cumplen las prome-
sas que sus promotores enarbolan. Ellos no revita-
lizan la institucionalidad representativa ni permiten
una mayor participación de la ciudadanía en términos sus-
tantivos, como se expondrá a continuación.
4.1. Revitalización de la democracia deliberativa
y representativa
Una de las promesas de quienes promueven la implemen-
tación de mecanismos plebiscitarios es que estos serían
una herramienta útil y efectiva para oxigenar la política
representativa, permitiendo que los ciudadanos participen
directamente en la toma de decisiones públicas y supe-
rando así el supuesto oligopolio del llamado “cartel de los
políticos” -o clase política-, ignorante de las verdaderas ne-
cesidades y preferencias de los votantes121.
Sin embargo, los instrumentos plebiscitarios no son capa-
ces de corregir los problemas de competitividad, represen-
tatividad y legitimidad del sistema político122. Ellos tan sólo
añaden un mecanismo de participación paralelo123, que
muchas veces compite por la legitimidad institucional con
los canales tradicionales de la democracia representativa,
e incluso pudiendo, en contextos de crisis política, conver-
tirse en una alternativa populista atractiva que permita a
los representantes de la nación eludir su rol y obtener rédi-
tos políticos124.
Tal ha sido la experiencia latinoamericana, donde los ins-
trumentos de democracia directa han sido utilizados y di-
rigidos por intereses políticos para eludir las instituciones
representativas, sin hacerse cargo de la crisis en que las
mismas se encuentran sumergidas y profundizando aún
más los problemas que la aquejan125.
SSi se cree en los benecios de una democracia deliberati-
va y representativa, sus problemas deben ser corregidos
fortaleciendo los mecanismos de competitividad y repre-
sentatividad de la misma126. Por ejemplo, en el caso chi-
leno Sergio Verdugo sugiere modicar las reglas que ad-
miten la reelección, permitir primarias obligatorias, ampliar
el padrón electoral, etc127. Sean esas medidas u otras, los
problemas de la democracia deliberativa y representativa
se solucionan por medio del perfeccionamiento y profun-
dización de sus propias estructuras e instituciones, poten-
ciando mecanismos de participación y deliberación que
guarden la debida coherencia y armonía con los principios
que la inspiran. Esto no se logra con la inclusión de un in-
jerto extraño a dichos principios e inconsistente con tales
instituciones.
4.2. Verdadera participación ciudadana
Otra promesa que comúnmente se esboza es que el plebis-
cito permite la participación directa de todos los ciudada-
nos en el proceso de toma de decisiones públicas. A pesar
de todos los problemas que estos mecanismos producen,
ellos estarían de todas formas justicados pues una ciu-
dadanía participativa, involucrada en los asuntos públicos,
es un bien de tal valor para un sistema democrático que
sopesaría los inconvenientes ya mencionados.
No cabe duda que la participación es esencial en un siste-
ma democrático y su progresiva expansión y profundiza-
ción es no sólo deseable sino imperativa. Sin embargo, la
naturaleza de la participación que ofrecen los plebiscitos
es muy deciente. En efecto, en tales mecanismos el suje-
to participa únicamente en cuanto miembro de una masa,
atomizado, sin voz ni rostro, de manera pasiva y reactiva,
autorizado únicamente para asentir o rechazar de forma
absoluta e incuestionada una pregunta simplista que se
4. PROMESAS INCUMPLIDAS
Verdugo (2012), P. 266.
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Verdugo (2012), P. 265.
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Verdugo (2012), P. 265.
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