El profesor del deseo - 24 de Mayo de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 724902501

El profesor del deseo

En las fotos y videos que circulan de Philip Roth es difícil verlo sonreír. Los ensayos y las entrevistas que dio en su vida lo confirman como un escritor serio, absolutamente obsesionado con su escritura y la del resto. A pesar de esa visible seriedad, Philip Roth debutó como un autor cómico. Quizás lo mejor de él, esa propensión a la exageración delirante y la construcción de monstruos, sentimentales o no, está en su capacidad para la comedia. Una comedia que de alguna forma se combinaba a la perfección con esa seriedad de ermitaño que solía aislarse en cabañas en el bosque para escribir una y otra vez sobre Newark, el barrio en el que fue un niño judío en plenos años 40, cuando al otro lado del mar ya era imposible ser niño y ser judío.

Philip Roth se sabía americano, tanto o más que sus compañeros de colegio. Pero sabía que era otra cosa rara y milenaria, el pueblo judío. Sus novelas trasladan al sexo, unas de sus obsesiones más persistentes, esta extrañeza. Sus personajes, casi siempre hombres en último grado de neurosis, desmontan a través de la exageración de sus pasiones, las mentiras y semiverdades de la historia americana de los últimos 50 años.

Su visión frágil y contradictoria de la masculinidad, una masculinidad en crisis terminal que nadie entendió mejor, siempre fue una manera de hablar de política, otra de sus obsesiones más persistentes. Es imposible entender a Reagan, a Clinton y a Trump sin seguir las peripecias de Zuckerman, que fue algo más que su alter ego .

En muchos sentidos, Roth fue...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR