El problema práctico del derrame de Quintero
Así lo recuerda también el práctico Eliseo Jamett Fernández, profesional asignado por la Armada para asesorar al capitán del buque en toda maniobra que se haga en el puerto. Y que ese día estaba a bordo del "Mimosa" junto a un maestro de carga de Enap y a un capitán filipino cuando se derramaron 38.700 litros de petróleo al mar.
Desde entonces, tanto la Fiscalía Naval como el fiscal especializado en delitos medioambientales de la Fiscalía Local de Valparaíso, Javier Carrasco, buscan esclarecer las responsabilidades en este incidente. Pero hasta ahora de todos los tripulantes del "Mimosa", sólo él ha sido responsabilizado.
Jamett a bordo
Jamett se embarcó en el "Mimosa" a las 21:25 horas del 23 de septiembre de 2014, cuando la descarga de crudo ya estaba en curso. La nave realizaba la operación sin sobresaltos, conectada por ambos extremos como era habitual: por la proa, dos espías (cuerdas de amarre) la unían a la monoboya de Enap (dispositivo flotante que actúa como la puerta de entrada del crudo a la refinería), y por la popa, otra espía era tensionada con una fuerza de cinco toneladas por el remolcador "Horcón", para que el buque no chocara con la monoboya, producto de la corriente. Jamett recorrió la cubierta de proa a popa. Y pensó que esa fuerza -el promedio mínimo que se utiliza en Quintero- era la correcta. Se veía una operación fácil de manejar.
Pero a las 22:26 horas, el operador de turno del departamento Gestión Tráfico de Naves de la Capitanía de Puerto le informó a Jamett que la empresa Ultratug, dueña de los remolcadores, solicitaba el cambio del "Horcón" por el "Puyehue" a las 4 AM, pues el primero tenía que arrastrar a un buque con gas licuado de la empresa GNL Quintero que estaba por llegar a la bahía.
Jamett, que ya había enfrentado otro relevo de remolcadores en esa monoboya, pero jamás en mitad de la noche, recordó en dos ocasiones que esta operación debía ser autorizada previamente por el Terminal de Enap Quintero, ya que el remolcador estaba a su servicio. Y apenas esta llegó, le entregó la información al capitán del Mimosa, quien en vista de que nunca había estado antes en esa bahía y que la marea estaba mansa, autorizó la operación dejando la maniobra en sus manos, mientras él, que estaba muy cansado, se fue a dormir a su camarote.
A las 3:53 Jamett llegó a la popa para ver cómo se efectuaba el relevo. Y siete minutos más tarde, cuando el "Horcón" se alejó, instruyó por radio al "Puyehue" para que tensionara su línea de remolque tal como lo había hecho su antecesor.
De esto quedó registro en el VDR (Voyage Data Recorder), la caja negra del "Mimosa".
-Tracta a 5 -le indicó al capitán del remolcador, Patricio Cárcamo.
Pero al ver que el buque estaba girando rápido y que la cuerda de amarre del "Puyehue" seguía en el agua, volvió a insistir.
-¿Con cuánto estás ahora?
Cárcamo le responde: "con 7".
-Ok, mantén con 7 -se le oyó decir a Jamett a las 4:02:14 horas.
Tras esa comunicación, el práctico se encaminó al puente de mando. Pero no alcanzó a entrar cuando sintió un ruido, que describiría a los policías de la Brigada Investigadora de Delitos contra el Medio Ambiente (Bidema de la PDI), el 19 de noviembre de 2014, como el de una válvula de vapor liberando energía.
Entonces les pidió a los tripulantes que verificarán de qué se trataba y él continúo subiendo al puente para verificar la orientación del "Mimosa". "Nuevamente escuché un ruido similar al anterior y al observar la monoboya, me percaté de un lento alejamiento de esta", se lee en su declaración.
A las 4:05:50 y según el registro del VDR, sonó el teléfono del puente.
-Aló, aló. Line is broken -gritó un tripulante.
-¿One line o two lines? -contestó Jamett, mientras Patricio Cárcamo continuaba tractando. Primero a 7, luego a 5, según sus instrucciones.
Al práctico se le aceleró el corazón cuando constató que los ruidos que había escuchado...
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