'Probablemente pasemos de un liderato carismático a uno más transaccional'
-¿Valora entonces el "segundo tiempo" iniciado por el Gobierno y el lema de "realismo sin renuncia"?
-El cambio de rumbo me parece un hecho muy positivo y un proceso que hay que respaldar. Hay que apoyar al Gobierno. A la Presidenta, naturalmente, pero particularmente a la conducción del ministro del Interior, Jorge Burgos, y de Hacienda, Rodrigo Valdés. Pienso que en el desempeño de estos dos ministros está también empeñado el éxito de estos nuevos propósitos del Gobierno.
Las reformas no son contradictorias con los acuerdos
-¿Debe significar esto un cambio también en el destino de las reformas comprometidas?
-Creo que sería un error muy grave interpretar la inauguración de este nuevo rumbo y la ceremonia a la que hemos hecho alusión como un altar de sacrificio en el que se ha puesto fin a las reformas. El nuevo rumbo, el realismo sin renuncia, no es la defunción de las reformas. En la medida que estas reformas no se lleven a cabo, particularmente las que tienen que ver con la gratuidad de la Educación, la sensación de incumplimiento que puede quedar en la gente es muy alto. Esto es, sin embargo, el reencuentro de esta vocación por las reformas con lo que han sido las definiciones básicas de la Concertación desde su origen.
-¿A qué se refiere con definiciones básicas?
-Que las reformas no son contradictorias con los acuerdos, en primer lugar. En segundo lugar, que las reformas no son contradictorias con la gradualidad y tercero, que las reformas siempre deben ser un incentivo y no un freno del crecimiento. Dicho de otro modo, la razón de ser de este gobierno son las reformas, la razón de ser de cualquier gobierno es siempre crecimiento y orden público, esa es la esencia de gobernar y por lo tanto en que esto se equilibre, y sea salvaguardado por el actual equipo, no me cabe duda de que vamos a salir adelante.
-A la Presidenta se le ha criticado falta de liderazgo, que no empodera a sus ministros, que faltan decisiones.
-Es evidente que la Presidenta sufrió un impacto en su popularidad y seguramente el origen de ello fueron los episodios vinculados a Caval. La recuperación de la credibilidad y el respaldo a la Presidenta, medido en las encuestas, es un propósito común más allá de los sentimientos que uno u otro pueda tener hacia ella. Es un objetivo de la coalición tener una Presidenta con gran fortaleza y mucho liderazgo. En segundo lugar, es muy importante pensar que muy probablemente pasemos de un liderato carismático a uno más transaccional, como fueron los lideratos políticos de Patricio Aylwin, de Ricardo Lagos y Eduardo Frei. Vale decir, lideratos que no son basados solo en el carisma personal sino...
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