La princesa y el tazón - 20 de Marzo de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 706202885

La princesa y el tazón

Ese "cercano, pero no tanto" es el registro que parece funcionarle mejor a la nueva pareja real: Meghan y Harry. En la obligada entrevista -también televisada- post anuncio del compromiso, confesaron, por ejemplo, que Harry le había propuesto matrimonio mientras cocinaban un roast dinner (de pollo), la misma comida que comen todos los ingleses en la casa o en el pub al menos una vez a la semana; la única diferencia es que su pollo se cocinaba en el horno del cottage que tienen al interior del Kensington Palace.

Meghan Markle ha recurrido a la fórmula probada de mezclar ropa de diseñadores ingleses como Stella McCartney o la única casa de alta costura en el país, Ralph and Russo, con aros dispares y con un chaleco barato de, por ejemplo, la tienda por departamentos Marks and Spencer. Ahora se espera que su boda sea un poco distinta, pero finalmente una versión más dentro del repertorio conocido.

En esta línea, el clásico libro de Daniel Dayan y Elihu Katz "Media Events: The Live Broadcasting of History" disecta, en un tono que el lector nunca está seguro si es irónico o no, la función social de eventos como las coronaciones, los funerales de Estado y las bodas reales, entre otros (la portada de la versión original del libro tiene, de hecho, una imagen de la boda del príncipe Carlos con Diana de Gales). Podría decirse que lo que se discute es una forma de religiosidad laica o civil: la audiencia es "invitada" a participar en un evento que celebra no el conflicto sino la reconciliación y, en ese sentido, cumple una función de cohesión social, como un rito.

Lo que veremos en Londres en un par de meses sería, según la teoría, la forma en la que los británicos se miran a sí mismos y se reconcilian con ser parte del mismo país que el novio y su familia. Cuando la gente saque las mesas a las calles para comer con los vecinos, cuando se prepare sándwiches de pepino con mantequilla en pan de miga y cuando arme fascinadores de cartón (esos elaborados sombreros al estilo Ascot), porque los verdaderos son demasiado caros y solo para los invitados a la ceremonia verdadera. Además, se pueden imitar las mismas formas escultóricas con los de papel.

Un evento mediático como lo imaginan los autores solamente puede existir si las tres partes involucradas -el público, los comunicadores y los organizadores- aceptan con docilidad el significado predecible que ya está escrito de antemano. Sin público no hay evento, por eso el hecho de televisar la coronación de la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR