La primera librería de viajes del mundo - 5 de Febrero de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 922243221

La primera librería de viajes del mundo

La vida de Catherine Domain dio un vuelco cuando partió a Katmandú, en Nepal, desde la ciudad suiza de Ginebra, en una kombi, con su novio de entonces."La kombi tenía una historia preciosa, porque era de Violeta Parra, que la había comprado en Francia y la trajo a Suiza. Éramos amigos de Gilbert Favre (gran amor de Violeta), y como ella necesitaba plata, nos la vendió. Luego partimos a Nepal en 1967, el mismo año en que Violeta dejaba este mundo", recuerda emocionada esta aventurera y librera francesa.Tras esa travesía, que duró casi nueve meses, y en la cual atravesaron países tan complejos como Turquía, Irán, Afganistán, India y Pakistán, siguió viajando por el mundo sin parar. Recorrió toda América Latina. En buses, camiones, trenes. También a dedo, aunque siempre prefirió viajar lo más independientemente posible. Ojalá, sola. Con un presupuesto de un dólar al día (que hace cincuenta años era más que hoy, pero aún una suma escuálida), era un desafío perpetuo que enfrentó durante una década."Mi padre me había dado a los dieciocho años una plata para que me casara, como una dote. Pero yo me comí esa plata viajando. Sin embargo, diez años después, sentí la necesidad de construir algo propio, y me dieron ganas de vivir con más de lo que cabe en una pequeña maleta".Como no quería tener empleados ni patrones, optó por abrir una librería de viajes. "En cierta forma, me permitía seguir viajando, aunque estuviera inmóvil, aconsejando, aportando lecturas y datos, conversando, conociendo a gente que está por partir o regresando, que es algo que me fascina de viajar. Por lo demás, creo que lo traía en la sangre", dice.Su abuelo materno tenía una librería en Bergerac, un maravilloso pueblo de la Dordogne, una región rural bañada por el río del mismo nombre, cerca de Burdeos (y de donde provenía Cyrano de Bergerac, el protagonista de nariz prominente de aquel famoso drama escrito por Rostand). "En tanto, mi abuelo paterno había sido capitán de navío, y en su casa había souvenirs del mundo entero", recuerda Catherine.Caminando un día por París, encontró una pequeña librería en venta en el 35 de la calle Saint Louis en L'île, en la más exclusiva isla del Sena: Saint Louis. Se llamaba Ulysse. "Fue una señal del destino", se dijo, y la compró. Era octubre de 1971. Conservó el nombre, "como se hace con los barcos, y porque era perfecto".El local incluía un pequeño departamento, así que se instaló ahí y poco a poco la librería (la primera del mundo en su...

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