Presupuesto y educación preescolar - 30 de Octubre de 2010 - El Mercurio - Noticias - VLEX 226655970

Presupuesto y educación preescolar

Por cierto, no cabe descartar que en el futuro se requieran más recursos para este fin, pero esa posibilidad debería considerarse tras una evaluación más exhaustiva de lo que se ha venido haciendo en este campo.

No hay evidencia contundente de que esta iniciativa, en su dimensión de cuidado infantil, haya tenido un efecto valioso. Tampoco cabe descartarlo, pero en esta etapa parece razonable una evaluación rigurosa de lo hecho hasta ahora, porque no es claro que en estos momentos exista una demanda no satisfecha por el servicio de salas cuna en la población para la que este beneficio fue ideado. En tal caso, seguir destinando recursos para aumentar la oferta podría ser un error, pues ellos tienen usos alternativos. Además, la experiencia internacional no es categórica respecto de los beneficios de la institucionalización del cuidado infantil, sobre todo en el primer año de vida. Estudios publicados en revistas especializadas así lo plantean, aunque es un asunto en el que hay evidencia contradictoria. Sí parece haber más evidencia en cuanto a la conveniencia de asegurar mayor cobertura preescolar en los niños de tres y cuatro años, porque en esos grupos de edad es relativamente más fácil diseñar buenos programas que tengan beneficios duraderos para los niños. Tampoco hay mayor evidencia sobre efectos negativos. Es, pues, oportuno reflexionar sobre las mejores opciones para el país en esta materia. Es lamentable que el debate presupuestario no recoja estos matices.

La insuficiente experiencia acumulada en Chile dificulta esa reflexión. Que eso no haya sucedido en los últimos años obedece, en parte, a la inusual forma en que se organiza la provisión de educación preescolar para los sectores más vulnerables. En la práctica, existen dos organizaciones -aunque de distinto tamaño- encargadas de desarrollar políticas para la educación preescolar: la Junji y la Fundación Integra. Históricamente, no han conversado entre ellas ni se ha contrastado la eficacia de una y otra. Igualmente sorprendente es que las dos instituciones diseñen políticas y también las implementen y sean, por tanto, en gran medida, responsables de la oferta de modo directo o indirecto. No es raro, pues, que la evaluación sea tan escasa. A las instituciones -sobre todo a las del Estado- les cuesta evaluarse a sí mismas. Un buen diseño institucional supone una separación entre el diseño de la política y la ejecución y fiscalización de la misma.

El principal desafío en el futuro...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR