El Presidente piropero - 3 de Junio de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 726615021

El Presidente piropero

La frase aparenta inocencia y hasta amabilidad:

Tan linda que se ve -le dijo Piñera a Maya Fernández, presidenta de la Cámara de Diputados- y tan dura que es.

Si un enemigo de Piñera se hubiera empeñado en que él exhibiera sus verdaderas convicciones, su pulsión más profunda, el ser que verdaderamente es, para desmentir así a sus benevolentes partidarios que aplaudían emocionados la agenda de género que acababa de impostar, es probable que le hubiera dictado una frase como esa.

Y es que la frase, que dirigida a cualquier mujer ya la rebajaría, puesto que afirma que la belleza de lo femenino resulta contradictoria con la firmeza de la voluntad, tratándose de Maya Fernández es todavía peor, ya que ella es la presidenta de la Cámara de Diputados, una autoridad de la República a la que, incluso un sujeto de convicciones machistas, no debiera tratar con esa condescendencia que quienes se sienten naturalmente superiores emplean para interactuar con quienes piensan son inferiores: seres cuya principal virtud, a la que debe subordinarse cualquier otra, es ser linda.

Por supuesto, esa frase del Presidente, que tenía por objeto poner en su lugar a Maya Fernández (en su lugar de mujer, claro está, un lugar que ella con su severidad inteligente, a los ojos de Piñera, abandonaba), no revela nada que la subjetividad del Presidente, ejecutor de uno y mil chistes sexistas, no hubiera ya dado a conocer. Lo que sorprende es que en medio de la rebelión feminista de estos días él haya sentido que era posible, y razonable, pronunciarla.

¿Qué explicación puede haber para algo así?

No hay más que una explicación plausible.

El Presidente, por alguna causa que habría que dilucidar, posee una rara pulsión de revelar la verdad de sí mismo, una pulsión inmanejable que lo lleva cada cierto tiempo a mostrarse tal cual es. No hay otra forma de explicar que, luego de promulgar una agenda de género y proclamar que había comprendido los errores que los hombres cotidianamente cometían, se sienta con derecho a pronunciar la frasecita esa al dirigirse a Maya Fernández, creyendo, es seguro, que le decía algo simpático, amable y nada agresivo, sin comprender que no hay nada más ofensivo que la ofensa que se disfraza de amabilidad y paternalismo. En español eso se llama condescendencia, y consiste en ejecutar ese gesto falsamente amable y levemente lisonjero con el que quienes se sienten naturalmente superiores les hacen saber a aquellos que se atreven a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR