'El Presidente desechó la oportunidad de iniciar el gran diálogo en La Araucanía'
No va a Santiago ni a Valparaíso hace más de un año. Desde marzo del 2020 que el senador Francisco Huenchumilla está en su campo, a quince kilómetros de Temuco, a orillas de un río. Y sale poco, pero es poco lo que se escapa a su ojo político, afinado en tantas batallas como diputado, alcalde, intendente, ministro de Lagos y Bachelet. Incluso, algunos quisieron que, esta vez, saltara al primerísimo de los cargos, el presidencial, y lo habría hecho -cuenta- de encontrar una DC unida, con sus conflictos internos resueltos.Él mismo fue disidente, lo admite. Pero hoy dice que la unidad es la primera tarea que ve para su amiga Yasna Provoste, antes de lanzarse al ruedo presidencial. También con el PS. "Tenemos la posibilidad de recuperar el gobierno, hay que dejarse de cosas chicas", dice el abogado de 77 años al otro lado de la pantalla.Al frente, ve una derecha perdida. "Tiene que rebobinar y hacerles más caso a los Ortúzar, Herrera, Mansuy, pensadores inteligentes que leo, y mirar más a Europa y menos a Estados Unidos, para ser una derecha moderna".En una semana particularmente simbólica, el senador DC celebra "el tercer gran triunfo histórico de los mapuches". Y enumera: en 1460 detuvieron a los incas en el Maule; en 1641, obligaron a los españoles a firmar la paz; en el siglo XXI, producen "un terremoto cultural en la sociedad chilena, presidiendo este nuevo Chile que emerge, un simbolismo muy potente".-¿Presidencia simbólica la de Elisa Loncón? El vicepresidente Jaime Bassa marcó su influencia esta semana.-No tengo relación personal con Elisa, sí conozco a su hermano Lautaro y a Jaime Bassa lo conozco más, es un gran profesor de derecho constitucional. Estamos en los prolegómenos de una tarea difícil y no sacaría conclusiones precipitadas sobre el protagonismo de uno u otro. Partimos mal, pero se va a ir arreglando.-"Mal", ¿por las dificultades técnicas o la ceremonia con gritos, pifias al himno nacional o la bandera?-El Presidente debió pedirles sus profesionales, al Senado y la Cámara, para dar apoyo técnico a un organismo nuevo que cumple una tarea histórica y está inserto en un escenario político de mucha crispación. Los ánimos no están tranquilos desde el 18 de octubre del 2019, hay mucha rabia acumulada. El Estado, no solo el Gobierno, también nosotros, senadores, diputados, debimos haber previsto que todas estas cosas podrían darse. No se ha comprendido el significado del estallido y de la instalación de la Convención. Falló el Estado al no entender que estamos en un momento histórico, no en una asamblea de barrio donde no podemos agarrarnos a castañazos.-¿Cómo evaluó el tono del primer...
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