Prefacio
| Autor | Francis L. Wellman |
| Cargo del Autor | Abogado del Foro de Nueva York |
| Páginas | 11-13 |
11
Cómo ganar juiCios
PrefaCio
Hace algunoS añoS leí en Londres un librito llamado “Mi Religión”. Un
periodista, advirtiendo la decadencia del interés público acerca del problema
religioso, y animado por el deseo de reavivarlo, escribió a una docena de
hombres eminentes en sus respectivas actividades, solicitándoles enviaran sus
opiniones personales sobre un tema tan atrayente como el de la inmortalidad,
con el objeto de publicarlas en una recopilación.
Eligió a un sacerdote, un rabino, un pastor, un escritor, un dramaturgo,
un ateo, un espiritista, un abogado y un médico. Se comprende fácilmente el
profundo interés de la obra. Se me ocurrió entonces que también yo podría
algún día reproducir la idea de aquel periodista en un libro del cual redactaría
la parte medular, reservando el resto para opiniones de algunos de mis colegas
distinguidos. He aquí en pocas palabras, el origen de “Cómo ganar juicios”.
El invierno pasado, a tal efecto, escogí diez abogados de distintos puntos
del país, procesalistas eminentes, pidiéndoles que redactaran sendos artículos
para formar otros tantos capítulos que acrecentarían el valor de mi publicación,
pues serían expresión de sus experiencias individuales en la empresa de ganar
juicios en los tribunales.
Les aseguré que ninguno conocería lo escrito por los demás hasta que
no leyeran el libro ya publicado. Como única indicación la siguiente: que
ajustasen sus capítulos a sus experiencias prácticas, evitando, en lo posible,
citas de textos legales, a menos que estuviesen complementados por los casos
judiciales que giraban en torno a ellos, y con el único objeto de grabarlos en la
mente de los lectores.
Sus inmediatas respuestas fueron, en verdad, halagüeñas: constituyen la
segunda parte de este libro.
Quiero expresar aquí a todos y a cada uno de ellos mi profunda gratitud
y reconocimiento por su gentileza y buena voluntad: no vacilaron en robar
tiempo a sus absorbentes tareas profesionales para contestar a mi invitación.
Son varios los temas —interesante es anotarlo— en que maniestan
opiniones encontradas. Un destacado escritor, ex Fiscal de Distrito, escribe
que, según cree, el modo más rápido de lograr éxito en los tribunales es
adiestrándose con una práctica constante y sin tregua.
Esto signicaría que los clientes tendrían poquísimo gusto en conar sus
asuntos jurídicos a hombres sin experiencia, que ensayasen a costa de ellos.
Piénsese en la situación realmente embarazosa y desalentadora en que coloca
esta teoría a cualquier abogado recién recibido que aspira a triunfar en su carrera.
En mi propio capítulo, que comprende la primera mitad de la obra, relato
mis primeros pasos temblorosos, en un esfuerzo por demostrar la posibilidad
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