Políticos chilenos que vivieron su exilio en Venezuela analizan el complejo momento del chavismo
Cuenta el ex senador PPD -hoy PR- que "la situación me causa un profundo dolor. El dolor no romántico, sino también político, porque esta experiencia de transformaciones profundas, que se requerían en Venezuela, está terminando de mala manera".
Tanto es así, que para Ávila, "los fantasmas del naufragio empiezan a recorrer los pasillos de Miraflores". A su juicio, un ejemplo del declive son las detenciones, ya que plantea que "los arrestos son signos de desesperación".
Pero explica que a pesar de todo, "el gobierno sigue contando con la fidelidad de un sector social postergado que con Chávez accedió a una condición diferente. Los que estaban arrinconados en la galería, hoy se subieron al escenario y están allí siendo solidarios con quienes los gobiernan, porque defienden las conquistas que nunca tuvieron en la antigua democracia. Esas personas continúan dispuestas a todo".
Sobre posibles soluciones, Ávila es pesimista: "La salida es muy difícil y amenaza ser sangrienta", dice.
"La desesperación lleva al gobierno a tomar una postura histérica"Seis años vivió en Caracas el ex ministro Sergio Bitar. Llegó a Venezuela invitado por un hermano quien le ofreció una oportunidad de negocios y la posibilidad de exiliarse. Solo en 1984 retornaría a Chile.
Aunque remarca que siente un "tremendo respeto y admiración por el pueblo venezolano y por su voluntad democrática", dice que situaciones como la detención del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma y del opositor Leopoldo López, son "un signo muy preocupante".
Y agrega que "no es posible calificarlos como los califica el gobierno venezolano. Son demócratas. La situación de desesperación lleva al gobierno a tomar una postura histérica que no ayuda. Es una polarización que termina dañando al país entero".
Pero las preocupaciones del ex ministro van más allá: "El camino que está siguiendo Venezuela no lleva ni al desarrollo económico ni a la justicia social ni a la profundización democrática. Se aleja de lo que son los estándares políticos y éticos de un progresismo moderno. Está generando una situación de gran dolor".
Sobre las posibles salidas al conflicto, Bitar cree que hay tres pasos a seguir: retomar el diálogo de Unasur, hacer cambios en la política económica y asegurar que las próximas elecciones parlamentarias serán democráticas. "Esa elección es clave, y por lo tanto tienen que darse garantías de que las personas que ejercen la oposición lo hagan en el marco del respeto a la democracia, y por...
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