Política y reglas - 1 de Septiembre de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 810323701

Política y reglas

¿Es correcta la acusación constitucional contra la ministra de Educación?Para saberlo es necesario dar un rodeo.Desde el punto de vista de las reglas constitucionales, una acusación de esa índole se justifica cuando se ha infringido la Constitución o las leyes, o se ha dejado a estas sin ejecución. En suma, cuando se ha obrado en contravención a las reglas o cuando se ha omitido ejecutarlas.Parece sencillo.Pero no. No es fácil probar que una autoridad ministerial viola las reglas constitucionales o legales.Como es fácil comprender, los deberes legales y constitucionales son compatibles con un amplio elenco de decisiones gubernamentales, con una amplia variabilidad en la asignación de recursos y de prioridades. Y es que las reglas jurídicas, legales y constitucionales no contienen programas de políticas públicas, sino que establecen en lo fundamental qué límites ellas poseen y hacia qué bienes generales deben orientarse. Si así no fuera y si, en cambio, las reglas constitucionales y legales contuvieran diseños de política pública o de gestión gubernamental, el Poder Ejecutivo sería irrelevante.Bastaría leer las reglas para saber en qué y cómo gastar los recursos.Por lo mismo, cualquier examen imparcial en el quehacer de un ministro de Estado debe saber distinguir entre las políticas públicas que impulsa (que están sometidas al juicio político del día a día) y el cumplimiento de las reglas que limitan su quehacer (que deben ser examinadas con rigor jurídico). Y como es obvio, puede perfectamente ocurrir que una política pública se considere torcida o que estropea el bienestar social; pero que así y todo sea conforme a las reglas constitucionales y legales. Y a la inversa, también puede ocurrir que una política pública sea digna de aplauso cuando se la considera desde un determinado punto de vista acerca del bienestar; pero al mismo tiempo sea flagrantemente contraria a las reglas constitucionales.Las reglas, en suma, no garantizan un buen gobierno, garantizan un buen entorno para gobernar, lo que es distinto.Ocurre con las reglas lo que ocurre con los juegos (el ejemplo es de Wittgenstein). Las reglas de un juego permiten una amplia variabilidad de estilos de juego y de jugadas. Respetar las reglas del ajedrez no es igual a jugar bien al ajedrez. Un mal jugador de ajedrez, atolondrado y torpe, puede ser un fiel cumplidor de las reglas, y un buen jugador de ajedrez, imaginativo y audaz, puede, en ocasiones, transgredirlas. La política es, bajo...

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