Policía en alerta por la irrupción de cuadrillas de 'correos humanos' con droga en su cuerpo
Las operaciones de los narcos consistían en ocultar al "correo" entre los cuarenta pasajeros de un microbús que pasaría por el complejo limítrofe. Trataban de encubrirlo de forma tal que se colara como un viajero más que no levantara sospecha. Como las acometidas eran individuales, en 2011 los narcotraficantes arrestados por los detectives de la Brigada de Antinarcóticos de la Policía de Investigaciones, en la llamada "puerta norte" del país, alcanzaron a solo 37, el 90% de ellos, de origen peruano.
Hoy, el escenario es distinto. El tráfico se desplazó al sur, a la Región de Tarapacá, específicamente al Paso Colchane, en el límite con Bolivia, lo que trajo consigo un cambio en la nacionalidad de los traficantes. Sin embargo, esto no es lo que más preocupa a la policía, sino que una mutación en la forma de tráfico y el estado de la droga.
Actualmente, las excursiones no son individuales, sino que se efectúan en grupo. En un mismo bus introducen de seis a ocho traficantes a la espera de que al menos uno traspase el control en la frontera. En lo que va de año, los aprehendidos en la I Región llegan a 206 (todos bolivianos), y el clorhidrato ahora aparece en estado líquido, lo que dificulta su detección.
Las organizaciones en vez de apostar al ingreso de una gran cantidad de cocaína, apuntan a la entrada de un envío menor, que igualmente les retribuirá una importante suma de dinero, pues un kilo de clorhidrato en Santiago les puede reportar unos $6 millones.
El jefe de Antinarcóticos de la policía, Christian González, dice que "los detectives se enfrentan a cuadrillas de 'correos', porque la idea de los narcotraficantes es que al detectar a uno o dos de ellos, el control policial se relaje y pase el resto".
"Este fenómeno nos llevó a ampliar en personal e intensidad el control. Y sabemos que esto podría generar otro cambio, pues el 'efecto globo' nos indica que las organizaciones de tráfico no cesan en sus propósitos, sino que buscan rutas diferentes y otras formas de ocultar la droga, como la cocaína líquida, que es más difícil de pesquisar que la sólida", agrega el jefe policial.
El clorhidrato acuoso no es percibido por los aparatos de rayos X -la forma tradicional de revisar a este tipo de traficantes-, por lo que la revisión visual de los policías es fundamental para detectarlos y detenerlos.
Perfil de los enviados
Los policías de Antinarcóticos reconocen a los "correos" porque reúnen varias características que son distintivas. La primera...
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