El policía que acertó
Un caso que resolvió con una sola pregunta.-Ese soy yo, en un prostíbulo en Tacna, donde me mandaron a buscarlas -dice mostrando una foto.En la imagen, Carrera tenía 36 años, usaba una barba tipo candado, estaba sentado sobre una cama, vestía chaqueta de cuero y posaba junto a una mujer en ropa interior que sonreía con candidez.Llevaba 11 años de servicio en el OS7 de Carabineros cuando, en 2001, mientras en paralelo estudiaba psicología, le encomendaron buscar a seis de las 14 jóvenes perdidas, de quienes se decía que estaban prostituyéndose en Perú. Se pasó un mes y medio recorriendo todos los prostíbulos hasta llegar a Arequipa, pero no encontró ninguna pista certera. Al regresar a Chile pidió viajar a Alto Hospicio para conversar con los familiares. Sus superiores aceptaron, pero solo le dieron un día para hacer las entrevistas. Carrera llegó a la ciudad y entonces, a cada uno de los padres, les hizo la pregunta: ¿cuál es la prenda favorita de su hija?Los padres, a modo de respuesta, regresaban con poleras planchadas, alcancías con dinero, y medallitas de primera comunión. Carrera pensó: "Nadie se va de la casa sin las cosas que atesora". Y en ese instante tuvo una revelación: era posible que las mujeres no estuvieran desaparecidas, sino que fueran víctimas de un asesino en serie. En cinco de los seis casos estaba seguro de que las jóvenes estaban muertas.Regresó a su hotel en Iquique y le envió a su superior un informe en el que sostuvo que las mujeres desaparecidas tenían un "anclaje emocional" con al menos un familiar. Es decir, que había elementos que las amarraban a las casas, y por lo tanto no se habían ido por su voluntad, y sugirió buscar a un asesino en serie con un "modus operandi psicótico".Son las ocho de la mañana y el cementerio de Punta Arenas está oscuro. Carrera está en su oficina, rodeado de libros de psicología y un altar con recuerdos de viajes: San Expedito, San Martín de Porres, Santa Muerte, Shiva, Pomba Gira, y Shoort, una representación de la cultura Selk'nam. Sobre su escritorio hay un ánfora con las cenizas de un muerto que más tarde él mismo entregará a los deudos.Carrera es hijo de un obrero eléctrico y una madre dueña de casa. Supo que quería ser carabinero a los 13 años, luego de integrar la brigada del tránsito del colegio donde estudiaba, en Punta Arenas. Le gustaban los códigos y las canciones de la institución.-Tenía una mirada romántica de proteger al más débil.En 1983, viajó a Santiago por primera vez para dar los exámenes de ingreso a la Escuela de Oficiales, pero quedó fuera por problemas en la vista. Al año siguiente, regresó con lentes, y esa vez lo rechazaron porque medía 1,69 metros, dos centímetros por debajo del punto de corte. En su tercer intento, el motivo del rechazo fue el mismo. Como sabía que no crecería más, le envió una carta a Augusto Pinochet, diciéndole que anhelaba servir a la patria y que hiciera una excepción con él. A los meses recibió una respuesta en la que Pinochet lo alentaba a no claudicar.Pensó que eso ayudaría, aunque cuando llegó a Santiago por cuarta vez, el médico lo rechazó nuevamente. Entonces un carabinero se compadeció y le dijo: "Vuelva en la tarde, hay otro doctor, pero crezca". Él leyó entre líneas. Llegó a la casa donde se estaba alojando, sacó el palo de un...
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