Polémica desata idea de abrir oferta de Biblioteca Pública Digital - 24 de Marzo de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 842231359

Polémica desata idea de abrir oferta de Biblioteca Pública Digital

En la última semana, y en medio de la cuarentena a la que nos está obligando la pandemia del coronavirus, sucedió que en Chile la gente empezó a leer más. O eso parece, si tomamos en cuenta que la Biblioteca Pública Digital (BPD) triplicó sus préstamos diarios, subiendo de un promedio de mil libros hasta a veces más de 3 mil. El sitio entrega préstamos gratuitos por 15 días de un catálogo de más 16 mil libros, lo que es bastante, pero podría ser muchísimo más. Según cálculos del editor Pablo Dittborn, podrían estar disponibles unos 60 mil títulos, y así lo expuso en una carta que se publicó en "El Mercurio" este domingo, en la que propuso una idea atrevida: que desde ahora, todas las editoriales chilenas pusieran su catálogo completo en la biblioteca y que esta les pagara a los editores por los libros que efectivamente solicitaran los usuarios. Es un cambio de modelo enorme, pues hasta ahora la BPD les compra a los sellos cada título antes de ponerlo en línea. Por supuesto, la idea generó controversia.Desde el domingo, en el mundo editorial empezó un debate en torno a la idea de Dittborn, exdirector de Random House Mondadori y viejo conocido en el gremio. Ayer, la agrupación Editores de Chile, que reúne a sellos locales, emitió una declaración lamentando la idea. "Ilustra cómo propuestas de este tipo ignoran la premisa fundamental que constituye una biblioteca, la cual es ofrecer la mayor diversidad posible de la oferta cultural a los lectores, mostrando la variada producción nacional en primera instancia e internacional por añadidura. Esto equivale a proponer que el Estado se transforme en un 'cliente' más, renunciando a su rol de promotor de la diversidad cultural, ignorando la labor de investigación y selección que realizan bibliotecarios, libreros, profesores, entre otros, y entregarla, como fuera, a criterios de mercado", sostienen los editores.Concretamente, la propuesta de Dittborn supondría que la BPD actuaría como una especie de plataforma de arriendo de e-books , siendo la intermediaria entre las editoriales y los lectores. El que pagaría, por cierto, es el Estado y, se advierte, sería posible que los títulos más demandados fueran los de autores más conocidos y superventas contingentes, dejando en un segundo plano textos nuevos y menos conocidos. De hecho, el mismo Dittborn sostiene en su carta que la biblioteca compra títulos que "jamás son o han sido solicitados por nadie", pero la realidad es que casi el 99% de los libros...

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