La polémica entre la DC y el PC - 7 de Marzo de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 670301505

La polémica entre la DC y el PC

El primero es una prevención sobre el anticomunismo. En las luchas que caracterizaron al siglo XX, el anticomunismo fue un arma más que un argumento, un ejemplo de intolerancia y, muchas veces, una ideología que justificó el crimen. Lo fue también en Chile, donde el PC fue proscrito bajo González Videla (la "ley maldita") y también en la versión original de la Constitución del 80, en su artículo 8°. Lo peor vendría bajo el régimen militar con el asesinato de más de un centenar de sus dirigentes que, al momento del golpe, ocupaban cargos en sus más altas jerarquías y que fueron ejecutados o pasaron a integrar las listas de desaparecidos.

El PC hace bien en advertir contra este anticomunismo abyecto; pero debe reconocer que ninguno de sus actuales aliados participó de esta posición y que, específicamente, la DC se opuso a la dictación de "la ley maldita"; encabezó la lucha por su derogación y la del artículo 8°; y que, bajo Pinochet, prestó una ayuda inestimable en la defensa de los derechos humanos de los comunistas.

La segunda cuestión es si cabe imputarle al PC chileno responsabilidad por los abusos cometidos por la Revolución Cubana. La respuesta es sí, pues ante ella acumula una suma de silencios y complicidades.

De los partidos comunistas más significativos de la era soviética -en los años 60 el de Chile era, referido a la dimensión del país, el tercero más importante de Occidente, después de los de Italia y Francia-, el chileno fue el más obsecuente en su apoyo a los crímenes cometidos por Stalin, sus sucesores y por otras revoluciones de ese signo. Apoyó el asesinato de Trotsky; los procesos de Moscú; su respaldo ciego al pacto Nazi-Soviético; el aplastamiento por los tanques soviéticos de la revolución Húngara en 1956 y, en 1968, de la Primavera de Praga, la que, de un modo ominoso, el PC celebró con un acto donde los militantes coreaban la consigna "checo, comprende, los rusos te defienden".

Este respaldo ha sido absoluto en el caso de la Revolución Cubana, a la que han acompañado, de un modo acrítico, en su dictadura de 50 años y en sus atropellos a los derechos de la población.

En este marco, la acción de los partidos comunistas en el mundo, a la que no hace excepción el chileno, se caracteriza por una suerte de esquizofrenia. En los socialismos reales -lo mismo en la ex Unión Soviética, la Alemania de Honecker o la Cuba de los Castro-, el PC es el instrumento de la dictadura, colaborador de la policía y agente de la represión. En...

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