Con poderes especiales y libertades limitadas, la democracia también entra en 'cuarentena' - 5 de Abril de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 842620420

Con poderes especiales y libertades limitadas, la democracia también entra en 'cuarentena'

La democracia también se pudo haber contagiado de coronavirus.La pandemia que ha paralizado el planeta -actualmente unos 3.900 millones de personas, casi la mitad de la población mundial, están confinadas en sus casas- no solo representa una crisis sin precedentes en la era de la globalización, sino que también ha traído de vuelta al Estado fuerte como protagonista y ha puesto en "cuarentena" muchas garantías civiles de la institucionalidad democrática, como las libertades de reunión, de movimiento y el derecho a la privacidad. Si la democracia liberal ya tenía sus defensas inmunes bajas por la reciente ola de populismo y descontento ciudadano, el covid-19 -según expertos y activistas- podría dejar secuelas incluso más allá de la emergencia."Algunos líderes están usado esta crisis como una excusa para acumular más poder para sí mismos", dice a "El Mercurio" el filósofo político Jason Brennan, académico de Georgetown y autor del provocador ensayo "Contra la democracia". "Pero el peligro de la expansión del gobierno no viene solamente de los líderes oportunistas del mundo. También viene de los líderes con altura de miras que creen que pueden hacer más bien que mal si les dan más poder. Tal como mostró Robert Higgs en su libro 'Crisis and Leviathan', cuando golpea una crisis los gobiernos incrementan sus poderes; cuando la crisis termina, ellos renuncian a una parte, pero nunca a todo ese poder. Y con el tiempo, los gobiernos aumentan su cuota de poder".El caso más emblemático de los riesgos que se corren es Hungría, donde el Primer Ministro Viktor Orbán consiguió -invocando la amenaza del coronavirus- que el Parlamento le otorgara poderes ilimitados para gobernar por decreto, derogar cualquier ley y suspender el calendario electoral de manera indefinida. El líder populista ya estableció una norma para castigar con hasta cinco años de cárcel a quienes difundan información falsa o distorsionada que "obstruya o evite la protección eficaz" de la población -una fórmula similar siguieron Turquía y Serbia- lo que ha sido denunciado como un intento de silenciar a la oposición y a la prensa crítica. El temor de las ONG de derechos humanos es que esas disposiciones se prolonguen en el tiempo más allá de la pandemia, tal como sigue vigente aun el estado de emergencia por la crisis migratoria declarado por el mismo Orbán en 2015, consolidando un régimen muy similar a una dictadura. Y en plena Unión Europea.La deriva autoritaria también está presente en...

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