El poder de los estilistas de moda - 3 de Enero de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 656654205

El poder de los estilistas de moda

La influencia que Lotta Volkova ha logrado en la industria ilustra el estatus, el prestigio y la importancia que los estilistas de moda han logrado en las recientes décadas. Además de Lotta, nombres como Grace Coddington, Carine Roitfeld, Edward Enninful, Katie Grand o Marie-Amelié Sauvé son considerados verdaderas celebridades: muchas veces tienen una visibilidad tanto o más fuerte que las marcas, revistas o diseñadores para quienes trabajan. Este año Grace Coddington dejó su puesto de directora creativa de Vogue -donde era considerada la única capaz de ensombrecer el poderío de su editora, Anna Wintour- para comenzar a trabajar en proyectos independientes. Su primera colaboración fue el estilismo de la campaña otoño-invierno de Tiffany y Co. y, según la agencia que la representa, Great Bowery, se vienen nuevas alianzas creativas. Por sobre la creciente popularidad de Lotta Volkova y su estilo trasgresor, Grace Coddington es la estilista más respetada y legendaria del actual organigrama del estilo.

Los estilistas se han convertido en los grandes interlocutores entre los clientes y los conceptos que los diseñadores y las casas de moda pretenden comunicar en cada colección. Su labor va más allá de lograr una acertada combinación de prendas, de coordinar una fotografía atractiva y derrochar sofisticación. En su libro "Stylish: The interpreters of fashion", Sarah Mower asegura que un buen estilista desarrolla tramas visuales "que hablan sobre el momento actual. Eso requiere inteligencia, curiosidad, perspicacia y educación".

La creadora de esta especialidad en la industria de la moda fue Diana Vreeland, quien fue editora de moda de Harper´s Bazaar entre 1936 y 1962 y luego asumió como directora de Vogue hasta 1971. Según señala en su biografía el fotógrafo Richard Avedon, ella "creó una profesión nueva. Antes eran señoras de sociedad que les ponían sombreros a otras mujeres como ellas". El aporte de Vreeland fue crear una narrativa tras cada fotografía de moda, dejar atrás la idea de mujeres posando ante la cámara sin otra intención que demostrar una irreal perfección. Añadió emocionalidad, una declaración, un argumento que potenciaba la belleza de la ropa que las modelos llevaban puesta. Una de sus máximas: "Un vestido nuevo no te conduce a ninguna parte. Lo que importa es la vida que llevas con ese vestido".

En 2012 se estrenó el documental "The Editor's eye" -producido y dirigido por Fenton Bailey y Randy Barbato-, que revisa el trabajo de...

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