Las playas más allá de Máncora - 3 de Abril de 2011 - El Mercurio - Noticias - VLEX 266752094

Las playas más allá de Máncora

Aunque mucho de realidad tiene, en la pantalla Máncora -dirigida por Ricardo de Montreuil- aparece como un sitio donde sólo viven surfistas jóvenes, apuestos y musculosos, de decenas de nacionalidades, que por las noches van a fiestas en busca de chicas preciosas y bronceadas para consumir alcohol, marihuana y cocaína -proveídas por un artesano-buena-onda-, para tener sexo ocasional sobre la arena, mientras de fondo se escucha reggaeton.

¿Es así el balneario? Para más de alguno, sí. Y, quizá por eso, no está de más ver la película (ver recuadro "Saber más"), protagonizada por el peruano Jason Day y la española Elsa Pataky que, a todo esto, se trata de un veinteañero conflictivo quien se entera del suicidio de su padre cuando contesta su celular mientras tiene relaciones sexuales en el baño de una discoteque limeña y luego parte -con la tabla de surf arriba del auto- a buscar redención emocional y espiritual a Máncora.

Fin.

SIGUIENDO A HEMINGWAY

Como muchos lo hacen, y eso es cuestión de gustos, uno podría quedarse en Máncora -en el kilómetro 1.165 de la Panamericana Norte, departamento de Piura- y, en mayor o menor medida como en la mentada película, pasar los días bebiendo Pilsen con los pies en la arena, conversando con alguno de los cientos de chilenos que llegan en el verano y caminando durante las noches por la avenida Piura: mirando artesanías Made in China y devedés piratas, escuchando la predecible banda sonora oficial de los bares: reggae.

Pero basta animarse a cruzar el arco sobre la carretera -en que se lee "Bienvenidos a Máncora, el paraíso del turismo y del amor"- para conocer destinos más apacibles. Y menos obvios.

Por el camino costero de tierra -la antigua Panamericana Norte- van apareciendo playas como Vichayito, dónde están las refinadas tiendas beduinas del Vichayito Bungalows y Carpas (www.vichayito.com). Al avanzar aparece Órganos, una caleta pequeña y silenciosa desde donde se puede navegar por placer o para conocer la fauna marina de la zona en las lanchas de Pacífico Adventures (www.pacificoadventures.com). Y más allá está la idílica playa del Ñuro, de arenas solitarias y de aguas turquesa, ubicada 23 kilómetros al sur de Máncora.

A Cabo Blanco es mejor llegar con un ejemplar de El viejo y el mar bajo el brazo para repasar in situ oraciones como "No pienses en el pecado. Es demasiado tarde para eso y hay gente a la que se paga por hacerlo", escrita por Ernest Hemingway, quien en 1956 llegó a la zona en busca de una locación para llevar al cine el libro -estrenada en 1958...

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