Pionera en tierra de rectores
A Natacha Pino todos la quieren saludar. Está en el primer piso del edificio de Ciencias Jurídicas de la Universidad de La Frontera, en Temuco, y cada profesor que pasa le dice algo, le hace un gesto de cariño y algunos la abrazan con felicidad.-!La rectora¡ Qué bueno verte por acá, felicidades -le dice una académica que hasta hace un año era colega suya.Natacha sonríe. Desde que en septiembre del año pasado asumió como rectora de la Universidad de Aysén -la primera mujer en llegar a ese cargo en forma democrática-, su trayectoria académica se hizo conocida en todo el país. Tiene 43 años, nació en Temuco, es hija de profesores normalistas, ingeniera civil industrial y tiene un magíster en Logística y un doctorado que aún no termina. Gran parte de su formación se gestó allí, en la Universidad de La Frontera, donde luego de estudiar se quedó haciendo clases y participando del Instituto de Desarrollo Local y Regional.-Eso marcó lo que soy ahora. Estuve desde el 2004 hasta el 2012 en el instituto. Me vinculé harto con los hortaliceros, trabajaba con ellos para que tuvieran mejores productos que vender. Estaba en eso cuando me fui a la Universidad Politécnica de Valencia, en España, a estudiar sobre la logística y las cadenas de suministro.Pero Natacha no se fue a Europa a aprender de las grandes industrias. Al contrario, llevó todo su mundo rural allá y, mientras sus compañeros pensaban en cómo hacer más eficientes a las grandes corporaciones, ella les hablaba de lechugas.-Tuve que convencer a mis profesores que había que estudiar la cadena de estos alimentos. Creo que no entendían muy bien qué significaba, pero yo veía una oportunidad de crecimiento para los viejos que conocía en Temuco -dice.A su regreso asumió la jefatura de la carrera donde años antes ella misma había ingresado como alumna. Allí estuvo desde el 2012 al 2016 cuando le pidieron que se hiciera cargo de un proceso mucho más ambicioso: un proyecto Corfo para formar ingenieros con miras al 2030. No estaba a cargo de la docencia misma de los estudiantes, sino que de los profesores que más tarde participarían de eso. Allí estuvo hasta el 2018, cuando un aviso en Facebook llamó su atención.-Decía que se necesitaba un jefe de carrera para Ingeniería Industrial en la Universidad de Aysén. Empecé a ver el perfil y era como si el cargo hubiese estado hecho para mí. Cumplía con todos los requisitos, pero con los días me olvidé. Hasta que una mañana lo vi de nuevo y quedaba una semana para que el concurso cerrara.Natacha nunca había postulado a un trabajo. Juntó todos los papeles que le pedían y los mandó cinco minutos antes de que cerraran las inscripciones, sin ninguna aspiración. Confiesa que pensaba que no pasaría de la primera ronda y que el...
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