Piñera: balance y proyección de un año - 7 de Marzo de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 770855273

Piñera: balance y proyección de un año

No es posible evaluar al gobierno sin evaluar o tener en cuenta al mismo tiempo a la oposición. La política siempre es un juego de fuerzas encontradas entre las que, inevitablemente, se establece a la hora del balance un juego de suma cero: lo que una gana, la otra lo pierde.Es la suprema ironía de la política: el defecto de uno es el complemento que configura la virtud del otro.Y eso es lo que ha ocurrido, ante todo, este primer año de gobierno de Piñera. Si en un esfuerzo de imaginación se situara al gobierno de Piñera en un vacío relativo y entonces se le evaluara sin considerar a la oposición ¿qué habría? ¿qué resultado exhibiría, qué entusiasmo por el futuro habría desatado, qué recuerdo perdurable habría construido?Ninguno, o casi.La situación cambia cuando se le sitúa en el escenario real. En este caso el gobierno de Piñera, y él mismo, aparecen como sujetos contenidos, con relativa sobriedad y calma en el manejo del Estado, incluso en medio de malos momentos, porque al frente han tenido a un conjunto de fuerzas que parecen movidas más por una cuestión casi física, una simple pulsión por oponerse, que, por un designio político, un proyecto o un diagnóstico. Oposicionismo, más que oposición. Los psicoanalistas llaman estadio del espejo a la fase temprana, apenas entre los seis y los dieciocho meses de edad, en que el niño reconoce su imagen corporal íntegra en el espejo. Esa es la semilla de su idea del yo.En política, el espejo es la oposición.El gobierno, pudiera decirse, está hoy en el estadio del espejo.La principal carenciaEn estos días en que la literatura creativa y las novelas están a la baja por su apariencia inútil, es adecuado recordar "Sombras en la hierba", de Isak Dinesen. Allí Karen Blixen dice que una persona es capaz de soportar cualquier cosa si es capaz de contar una buena historia acerca de ella. Es lo propio de la condición humana individual, pero también de la política: en ella los hechos brutos no existen, siempre vienen envueltos en una interpretación que les confiere significado y ayuda así a rechazarlos o aceptarlos. Los seres humanos nunca experimentan un roce con la realidad, siempre se trata de significados.Es lo que suele llamarse la narrativa.Por eso, sin una historia que confiera sentido a lo que ocurre y que modere las expectativas -por la vía de conferirle sentido a los límites y a las carencias- la vida social se envuelve en lo que algún autor, Durkheim, llamó el "mal del infinito", que era siempre...

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