La peor idea de Donald Trump: poner barreras al comercio internacional - 26 de Diciembre de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 656174741

La peor idea de Donald Trump: poner barreras al comercio internacional

El senador Smoot y el representante Hawley copatrocinaron la infame Ley de Aranceles de 1930, que elevó las tarifas a las importaciones a niveles récord. Otros países respondieron del mismo modo y se desató una guerra comercial mundial. El comercio exterior de Estados Unidos cayó 40%, contribuyendo a hundir la economía en la Gran Depresión. Más de 1.000 economistas enviaron una petición al entonces Presidente Herbert Hoover instándole a vetar la ley, argumentando correctamente que "dañaría a la gran mayoría de nuestros ciudadanos". No tuvieron éxito.

Ecos de Hawley y Smoot resuenan en las palabras de Trump. Incluso antes de pisar la Oficina Oval, el Presidente electo ha matado el Acuerdo Transpacífico, acordado por 12 países, y ha condenado el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, o Nafta, con el flojo argumento de que cuesta empleos en EE.UU.

Evocando aún más a Smoot y Hawley, Trump ha insistido en imponer aranceles de 35% y 45%, respectivamente, sobre las importaciones de México y China, las mayores fuentes de importación de Estados Unidos en términos de dólares. Dichas tarifas, dice Dan Ikenson, experto en comercio de Cato Institute, "serían devastadoras para las economías estadounidense y global y destruirían el sistema de comercio internacional". El resultado sería una recesión mundial y el derrumbe de las bolsas.

Como señala Ikenson, cualquier intento de la Casa Blanca de subir agresivamente los aranceles será resistido por un Congreso dominado por republicanos, que tradicionalmente han apoyado la liberalización del comercio. Una resistencia aún mayor provendría de intereses empresariales cuyas cadenas de suministro globales dependen de bajas barreras comerciales. A diferencia de los días de Smoot-Hawley, cuando las importaciones eran principalmente productos finales vendidos a los consumidores, la mitad de las importaciones de EE.UU. son hoy productos intermedios vendidos a las empresas, dice Ikenson. Las importaciones baratas ayudan a que sea rentable para estas operar y dar trabajo a los estadounidenses.

Igualmente, los sectores de servicios, como el turismo, el entretenimiento y la gestión financiera tienen un interés en el enorme superávit comercial que genera Estados Unidos en estas industrias. Los empresarios que se benefician del comercio exterior probablemente harán oír sus voces.

Un aumento de los aranceles no solo provocaría una reducción de las importaciones de EE.UU. Si el país importa menos, los extranjeros tendrán menos dólares disponibles para comprar productos estadounidenses. Peor aún, otros países podrían subir sus...

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