Pensar la crisis: los nuevos movimientos sociales (i) - 15 de Enero de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 837851321

Pensar la crisis: los nuevos movimientos sociales (i)

¿Qué pudo ocurrir para que el país con el más alto desarrollo humano de la región, y hasta hace poco el más próspero, el lugar donde la banda presidencial pasaba de un torso a otro con cortesía y donde la derecha acababa de ser reelecta, se convirtiera de pronto en algo parecido a un campo de batalla, en un lugar de atmósfera encendida? ¿Por qué lo que hasta ayer eran símbolos de orden, desde el semáforo a la policía, parecen ahora remedos de sí mismos, fantasías que de pronto se disiparon?Si se atiende a las explicaciones más divulgadas -las de los matinales, convertidos en el nuevo foro público, lo que sin duda es un signo intelectual de la crisis-, la causa del fenómeno sería la desigualdad. Como un globo al que se infla más allá de la cuenta, la sociedad chilena, henchida de desigualdad y de abuso, habría acabado por estallar. Esta explicación tiene la ventaja de ser sencilla y además popular: cuenta con una férrea vigilancia en las redes sociales, las que, como nuevos comisarios del debate, procuran que nadie se aparte demasiado de ella.No es solo la desigualdadEsa explicación, sin embargo, tiene algunas limitaciones. La primera son los incómodos datos. Ya el informe del PNUD (Desiguales, 2017) explicaba que la desigualdad en Chile, aunque no su vivencia, había disminuido, sea como fuere que se la midiera. Y algunos otros estudios, como los de C. Sapelli (2016), mostraron que cuando se corregía por cohortes el Gini disminuía más de diez puntos y la movilidad intergeneracional aumentaba. Esa es una primera limitación. La otra es que si bien las sociedades se diferencian por el grado de desigualdad, la diferencia mayor se produce por la forma en que la legitiman. Por eso, la sociología define la estratificación (que es propia de todas las sociedades) como las diferencias de riqueza socialmente aceptadas.Chile es desigual (aunque no el más desigual de la región) y no cabe duda de que la desigualdad que no se debe al esfuerzo (como la que predomina en Chile) es moralmente incorrecta; pero el peso moral de la desigualdad no es igual a su incidencia causal en los fenómenos sociales. Hay que buscar, pues, qué otros factores concurren con ella hasta configurar el malestar en la forma en que se ha manifestado desde octubre ¿Cuáles podrían ser esos factores? Los más obvios son el generacional, asociado a los movimientos sociales y a la anomia; la crisis en la forma en que la modernización legitima la desigualdad y acentúa la vivencia de ella; la...

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