Pensar la crisis (ii): la desigualdad - 30 de Enero de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 839680721

Pensar la crisis (ii): la desigualdad

Una de las características más persistentes de la crisis que Chile atraviesa desde octubre, lo constituye la facilidad con que se identificó su principal causa. Comentaristas, periodistas, rectores, académicos, políticos, gente de a pie, todos convinieron, sin explicitar ningún análisis, que la causa del malestar, e incluso de la violencia, era la desigualdad. Se agregaba, incluso, que el malestar y el desasosiego no eran raros, puesto que Chile, se insistía, era de los países más desiguales del mundo. El Presidente -por supuesto-, fiel a esa tendencia suya de buscar la aprobación donde quiera ella se encuentre, se sumó al mismo diagnóstico.El malestar, y la conducta que originaba, tenía así la mejor de las causas: la indignación moral.Sin embargo, los datos parecen indicar otra cosa. Chile no es el país más desigual del mundo, ni siquiera de la región; en los últimos años la desigualdad ha disminuido, especialmente entre las nuevas generaciones, y la movilidad intergeneracional se ha incrementado. Sea como fuere que se la mida -indicaba el informe Desiguales del PNUD del año 2017-, ella había disminuido.¿Qué explica entonces que esa explicación haya tenido tanta popularidad?Lo que ocurre es que hay un fondo de razón en ella. Aunque no es exactamente la desigualdad medida cuantitativamente el problema, sino la vivencia de la desigualdad. Ocurre que los seres humanos no asistimos al entorno de una manera pasiva, sino que lo experimentamos, es decir, le asignamos un significado mejor o peor. Por eso los datos pueden decir una cosa y la experiencia de ellos -la forma en que la gente los vive-, otra distinta.El problema de la legitimidadLos sociólogos llaman estratificación a las diferencias de riqueza y prestigio que son socialmente aceptadas. La clave, pues, de las sociedades es la forma en que legitiman sus diferencias. En ciertos sectores de la India, por ejemplo, la sociedad de castas se legitima y se acepta como parte de una rueda infinita de compensaciones que anteceden al esperado nirvana. Un observador externo de esa realidad pensaría, desde una teoría de la justicia, que la revuelta está ad portas ; pero no es así, porque la forma en que la gente vive la realidad social no es la misma de quien la observa. Por eso la pregunta pertinente es ¿cómo legitiman las desigualdades las sociedades en que hay modernización capitalista? En general, puede afirmarse, este tipo de sociedades, entre las que se encuentra la chilena, legitima sus...

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