La 'pena de muerte' en Alto Hospicio
Siete meses más tarde, Luis Andrés Carrero Carrero (33), que cumplía una condena por robo con violencia, "se encontraba en el módulo 31 el 3 de agosto de 2015, en horas de la mañana, fue atacado por varios internos de dicho módulo, mediante golpes en todo su cuerpo y con un objeto punzante en la zona abdominal, sin que fuera auxiliado oportunamente por los encargados de su custodia, ni por los encargados de brindar los auxilios médicos", señala la querella interpuesta por sus tías. Aun cuando fue trasladado al hospital penal por otros internos, donde Carrero falleció, ninguno testificó
En la mañana del viernes 25 de septiembre de 2015, Víctor Rojas Astorga hacía su rutina de ejercicios en el módulo 45 de la cárcel de Alto Hospicio, tal como todos los días al momento del desencierro. No era su primera vez en esa unidad penal. En 2008, cuando tenía 19 años, había sido condenado a cinco años por tráfico de drogas, castigo que cumplió sin mayores problemas. Sin embargo, esta segunda estadía -por porte ilegal de armas- era diferente. "Hacía meses me contaba de amenazas que recibía por parte de otro interno, que estaba en otro módulo, que aseguraba que Víctor lo había traicionado", cuenta su padre, Carlos Rojas Claro. "Yo le decía que se enfocara en lo suyo, que al estar en módulos diferentes no podían hacerle nada porque no se podían topar".
Su padre cuenta que en la casa todavía guardan trofeos y diplomas que Víctor Rojas se ganó jugando fútbol por el Colegio Deportivo de Iquique. Con ese equipo a los 14 años pudo conocer Europa para un torneo escolar. Su mamá, Jimena, recuerda: "Ese viaje le abrió los ojos. Para él fue un choque ver la diferencia en el estilo de vida. De ahí en adelante él aspiraba a eso, quería acceder a esa vida".
Dos años más tarde, Rojas fue a Talcahuano junto a su papá a probarse en las inferiores de Huachipato. "Quedó, pero nunca se sintió cómodo estando tan lejos de nosotros, y al año ya estaba de vuelta en Iquique", relata su padre. "Víctor salía a trotar todas las mañanas, iba al gimnasio comunitario del barrio a hacer crossfit y no tomaba alcohol", menciona una de sus dos hermanas.
Cuando Rojas terminó de hacer su rutina el 25 de septiembre, el interno Ángel Bustamante Escudero, que de acuerdo a la investigación de fiscalía había sido trasladado hace solo un día al módulo de Víctor Rojas, se le acercó y lo apuñaló tres veces, según un informe de la PDI, heridas que le provocarían la muerte. Sus familiares aseguran que luego de ser atacado, el cuerpo de Rojas, de 26 años, permaneció en el suelo por cerca de dos horas, sin que nadie hiciera nada, reduciendo sus chances de sobrevivir. El caso, con el atacante como imputado, es parte de una querella impuesta por el Instituto Nacional de Derechos Humanos en contra de Gendarmería de Chile por homicidio por omisión.
Cárcel "moderna"
Rodeado de grandes cerros de tierra, el Centro Penitenciario de Alto Hospicio está a unos 15 minutos en auto de la ciudad de la Región de Tarapacá. Con un diseño parecido al de un colegio, tiene varios bloques contiguos de tres pisos, haciendo una forma de H, de color amarillo y pastel. Ubicada cerca de terrenos baldíos, la cárcel parece un gran bloque de cemento en medio del desierto.
Alto Hospicio fue parte del Programa de Concesiones de Infraestructura del gobierno de Ricardo Lagos, donde el Estado licitó por primera vez cárceles, con el fin de solucionar los problemas de hacinamiento y calidad de vida de los internos. El primer proyecto, denominado Grupo I, correspondía a los centros de Alto Hospicio, La Serena y Rancagua.
La licitación se la adjudicó la Sociedad Concesionaria BAS, empresa que, según su memoria anual de...
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