Peluqueros en alza
Pedro ValenzuelaUn tiburón, una mantarraya y varios símbolos maoríes adornan los brazos del peluquero Pedro Valenzuela. "Con tatuajes, te sacas la ropa y sigues teniendo onda", explica. Ese concepto -la onda- ha sido clave en su búsqueda estética personal, pero también en su trabajo: tenía 16 años cuando le dijo a un amigo que su corte a lo príncipe valiente era una lata y, sin saber nada de peluquería, se animó a cortarle el pelo. El resultado gustó tanto que comenzó a ir de casa en casa con su bicicleta y una mochila para atender a una clientela creciente. Desde esos días en Coquimbo, no ha parado más.
-Mi bisabuelo y mi tatarabuelo fueron peluqueros. Tomé una tijera y ya sabía cortar; fue como una cosa innata. La profesión me eligió a mí, no yo a ella -dice.
Hoy Valenzuela tiene 49 años y aún es poco conocido en Chile, porque, aunque nació en nuestro país, es un recién llegado en el mercado local de la belleza. En 1992, poco después de estudiar diseño de vestuario en un instituto, se fue a trabajar, junto a una tía, a Venezuela, donde aprendió las técnicas de la coloración y desarrolló gran parte de su carrera, con bastante éxito. En su Day Spa en Caracas -donde lideraba un equipo de 15 personas- se atendían muchas modelos y también candidatas al concurso Miss Universo, además de conductoras de televisión.
-Les hacía el pelo a muchas famosas; a los rostros. En el último tiempo atendía a "la nueva realeza", como les dicen allá a los chavistas, pero también a los opositores -comenta. Y agrega:
-Trabajar en Venezuela es enriquecedor para cualquiera que quiera meterse en el mercado de la peluquería, porque no está esa idea de que la belleza es algo superfluo. Así como en Argentina existe "la imagen top model", en Venezuela existe "la imagen Miss". Hacen todo para que las miren, para destacarse, mientras que en Chile las mujeres más bien tienden a uniformarse.
Dice que la situación política en Venezuela lo hizo volver. Al llegar, hace cinco años, abrió un salón en Nueva Costanera y luego se trasladó a la calle Gerónimo de Alderete, también en Vitacura. Por estos días se trasladará al sector de Lastarria.
-Me he encontrado con muchas chilenas huérfanas de estilo, con ganas de sacar lo mejor de sí mismas, pero con temor a experimentar. Es un tema clasista: no se atreven con lo que crean que las pueda hacer "bajar" en la escala social. Ninguna quiere ser rubia-rubia, es mal visto, pero tampoco quieren el negro: el tono que más se vende es el 7.1, un rubio ceniza frío, pésimo para las de piel oliva: las hace ver algo verdosas...
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