Pellegrini, el ingeniero
Cree en mí
Emilio Pellegrini y Silvia Ripamonti se casaron en 1945 y tuvieron ocho hijos: María Elisa, Silvia, Emilio, Manuel, Pablo, Juan José, María y Pedro. La familia se mantenía gracias al trabajo del padre como ingeniero constructor, quien heredó la empresa Constructora y Arquitectura Pellegrini en los años 50. Todos sus hijos estudiaron en la universidad.
Manuel Pellegrini era el cuarto hijo de la familia. En su colegio, el Sagrados Corazones de Manquehue, se destacó principalmente por ser capitán del equipo de fútbol. Tenía buenas notas, salía poco y era más introvertido que sus compañeros; entre ellos, Cristián Larroulet y Kike Morandé. Dio la PAA para estudiar Medicina en la Universidad de Chile, pero el puntaje no le alcanzó. A los 18 años entró a Ingeniería Civil en la Universidad Católica.
"Era buen alumno en el colegio, después en la universidad me puse más malo. Como Ingeniería estaba en el paradero 7 de Vicuña Mackenna, y Audax Italiano entrenaba en el 15 o 20, me fui a probar a las inferiores de Audax. Mi carrera de futbolista no la iba a transar por nada", recordó Pellegrini en una charla en junio de 2013 a alumnos de la UC.
Solo dos años luego de entrar a la universidad, en 1973, Manuel Pellegrini comenzó a jugar en la U. de Chile. Su padre no entendía por qué quería ser futbolista y pensaba que con esa carrera no iba a ganar plata. Un familiar recuerda que Emilio le dijo a su hijo que si quería dedicarse al fútbol, tenía que sacar sí o sí una carrera universitaria.
Manuel se despertaba temprano, iba a clases, después a los entrenamientos y volvía a la universidad. Sus notas no eran buenas, pero estaban cerca de la media de sus compañeros. Eso le molestaba a su padre. "A él le gustaba que a todos sus hijos les fuera muy bien. No entendía lo que no era excelencia", recuerda un cercano a la familia.
Manuel Pellegrini intentaba tranquilizar a su padre repitiendo como un mantra: "Cree en mí, yo voy a lograr todo y más".
Carrera complicada
Pellegrini llegaba a la universidad con buzo y a los entrenamientos con ropa notoriamente más formal que la de sus compañeros. En su equipo se acostumbraron a verlo leyendo y en la universidad algunos profesores resentían su ausencia en las clases. "Yo hacía cursos de estructuras y él era alumno de construcción. Pellegrini quería tener profesores más facilitos, estaba muy ocupado con el fútbol. En el mismo tiempo estaba Arturo Salah, alumno de Ingeniería Industrial Química y yo nunca escuché que alguien dijera que él se iba por el camino fácil", recuerda uno de sus profesores en la U. Católica.
Después de ocho años, Pellegrini se tituló de ingeniero civil con mención en Construcción.
"La ingeniería, a pesar de ser una carrera complicada, difícil, árida, a la que en los primeros años uno trata de buscarle el porqué y no lo encuentra, creo que tiene la gran virtud de...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba