Las películas de la UP
A principios del invierno de 1970, el director de fotografía Héctor Ríos comenzó a registrar una serie de imágenes sin propósito fijo. Gente saliendo de sus casas rumbo al trabajo, micros repletas con pasajeros colgando, frases partidistas pintadas en las paredes, casas de barrio alto, basurales, protestas. Pedro Chaskel, su colega en el Cine Experimental de la Universidad de Chile, lo veía regresar jornada tras jornada con más y más rollos de película para revelar, pero ¿a título de qué? El año anterior ambos habían hecho historia como parte del equipo técnico y creativo de "El Chacal de Nahueltoro", filme debut de Miguel Littin y punto culminante en la década de existencia del departamento de cine en la universidad. La película -que había llegado a salas hacía unas cuantas semanas- era un logro artístico enorme, pero al mismo tiempo algo que ni Chaskel ni Ríos buscaban repetir. Poco a poco, este pequeño proyecto en busca de hilo conductor tomó su lugar pasando de ejercicio distractor a obsesión. ¿Cómo darle sentido? Fue en la noche del 4 de septiembre, con la gente repletando la Alameda en la celebración del triunfo de Salvador Allende y Ríos saliendo a la calle a atrapar el momento, que los realizadores dieron, por fin, con lo que se les escapaba. Así, los dieciséis minutos de "Venceremos", editados a toda velocidad tras aquel día, se transformaron inadvertidamente en la primera película de la Unidad Popular, prefigurando en cierta forma lo que vendría en los siguientes meses para el cine chileno: una vorágine de creatividad, cruzada por serios conatos de propaganda, directores conminados por pasar -ojalá lo más rápido posible- de la reflexión a la acción, el breve resurgir de la vieja quimera de un cine estatal y el genuino intento por dar cuenta a través de ficciones y documentales de una experiencia que era vivida tanto en términos de vértigo como de compulsión.Al contrario de lo que ocurrió con otras formas de expresión artística, el cine parecía especialmente dotado para registrar el incesante ritmo al que se movía la UP: por primera vez en la historia de Chile las cámaras podían registrar el día a día de un proceso político y social; pero, claro, también ello acarreaba interrogantes. ¿Los cineastas serían capaces de ir al ritmo de los acontecimientos? ¿De reflejar todas las perspectivas? ¿Estaría el público interesado en estas?Reflexiones y manifiestosEn retrospectiva, cualquier mirada de conjunto al cine producido durante la Unidad Popular tiene que partir antes de la victoria de Allende; al menos un año antes, cuando -en el marco del Segundo Festival Internacional de Cine de Viña del Mar- coincidían en pantalla "Tres tristes tigres", de...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba