Pedro Engel Profesor de literatura y astrólogo - 12 de Marzo de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 624590566

Pedro Engel Profesor de literatura y astrólogo

-Pitín. Así me decían mis hermanos, porque yo tenía un amigo que le decían Pitín, pero mis papás no me dejaban juntarme con él porque era medio malandra.

-¿Qué recuerdo retorna a su cabeza cuando piensa en sus padres?

-Los almuerzos de los sábados y domingos, religiosamente. Nos caracterizamos por hacernos cariño por la comida. Recuerdo los gulash, el arroz a la valenciana, el strudel de manzana, el kuchen de amapola.

-¿Cuándo fue la última vez que pegó un combo?

-Yo era bueno para los combos. Ahora no, pero de joven todo lo solucionaba a combos. Mi papá fue boxeador y me enseñó a defenderme.

-¿Qué moda siguió en su adolescencia?

-Hippie. El año 68 me fui a Estados Unidos, en la época de Woodstock, y conocí a mucha gente. Mi mamá no lo podía creer cuando llegué al aeropuerto de vuelta, con el pelo afro, pantalón pata de elefante bordado.

-¿La peor metida de pata?

-No haber entendido a mi papá en su momento. Tuvimos una relación muy tormentosa, y no pude ver su dolor. No me di cuenta de que él era el único sobreviviente de su familia que murió en la guerra. Él nació en Eslovaquia y se vino solo a forjar su futuro por las suyas. Y yo era tan raro. A mi papá le costó mucho entenderme.

-¿Qué olores le dan placer?

-El aroma de las comidas. El olor del comino, los pimientos rellenos que hacía mi mamá.

-Mencione el peor rechazo amoroso que sufrió.

-Uno solo. Después de que falleció mi esposa me enamoré en mala de una persona que nunca me quiso, pero eso yo no lo veía. Sufrí tanto, tanto, tanto, que de ahí me convertí en un sanador. Nunca más supe de ella. Viví en el infierno mismo unos seis años.

-¿Se ha rebelado alguna vez? ¿Frente a qué?

-Soy rebelde sin causa. Frente al sistema, en la dictadura. Una vez estuve en una secta, o un grupo espiritual, y no podía cumplir las reglas.

-¿Cuál ha sido su mayor vergüenza?

-Hace poco Mario Kreutzberger me invitó a comer a su casa. Yo adoro a Mario. Así que le dije que sí, obvio. Pero quedó de enviarme la dirección por correo, y nunca la recibí. Y como nunca me llegó, creí que se había olvidado. Pero como a las dos de la mañana la Vivi me escribe diciéndome: mi papá está furia porque no se puede sentar a comer a la mesa porque no has llegado. Qué plancha.

-¿Cuál ha sido su mejor farra?

-Fui súper carretero. Me gustaba portarme pésimo. Quizá en Nueva York, medias fiestas a las que iba, bien impúdicas, así como eran los años 70, todos con todos, amor libre, harta droga. Lo pasaba chancho. Mis papás me...

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