Pedro Almodóvar: al otro lado del espejo - 14 de Junio de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 792020945

Pedro Almodóvar: al otro lado del espejo

A ÚLTIMA PELICULA DE PEDRO ALMODÓVAR hace alusión en su título al gran dolor que esconde la gloria para un cineasta como Salvador Mallo, artista que no disimula sus achaques físicos, migrañas y dolores de espalda, mientras añora los éxitos de su pasado. Salvador Mallo tiene los rasgos de Antonio Banderas, pero en el fondo es el reflejo, algo cambiado y alterado, de Pedro Almodóvar. Salvador Mallo, director de fama en los años 80 en la movida madrileña, tiene en el centro de su ADN a su creador, Pedro Almodóvar, quien por primera vez en su filmografía mira tan directamente hacia su propia figura para inspirarse y, aunque suene a muletilla, realizar su película más personal.Más personal que "Volver", que filmó con el luto de su madre recién fallecida, Francisca Caballero: santo y seña y marca indeleble de lo que es en general su cine, una gran carta abierta de cariño y comprensión hacia madres, hermanas, compañeras de viaje y amigas. Sin embargo, esta vez, en "Dolor y gloria", el foco no son las mujeres propiamente tal, sino que el ojo que ha mirado y disfrutado en mostrar la sensibilidad femenina en pantalla en sus diversas facetas: desde la exagerada histeria de "Mujeres al borde de un ataque de nervios", lideradas por Carmen Maura, pasando por lo que sería hoy en día un filme tabú como "!Átame¡" con Victoria Abril, hasta la tenacidad de la progenitora que vuelve de la muerte en "Volver", de nuevo con Carmen Maura y con su neomusa Penélope Cruz.Antonio Banderas, en "Dolor y gloria", luce, se mueve, habla y hasta pareciera que piensa como Pedro Almodóvar, quien hace unos años en el Festival de Cannes me confesaba sus migrañas insoportables y la causa de su aislamiento social. Banderas, que acaba de ganar en Cannes por hacer de Almodóvar, ríe en silencio cuando desde la prensa preguntamos al director manchego qué tanto de sus dolores físicos y achaques son reales respecto de lo que se ve en pantalla: un Antonio Banderas de mechas paradas, tal como su objeto de imitación, que anda a paso lento y a veces encorvado al subirse a un taxi sin sentir dolor y a quien vemos ir de manera frecuente a consultas médicas decoradas con fluorescente look , muy kitsch , muy almodovoriano.-No estamos ninguno de los dos, ni Antonio ni yo, tan mal como puede parecer en la película. Yo ya no estoy en tan buena forma, pero estamos muy bien. No hay que tomar la película de un modo literal. Eso es importante. No es Pedro quien hizo esto o hizo aquello. Es ficción...

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