Cómo pasa sus días uno de los últimos 'decanos' de la DC - 31 de Enero de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 592703146

Cómo pasa sus días uno de los últimos 'decanos' de la DC

Justo al lado de aquel documento hay un recorte de prensa enmarcado. Es la nota que publicó "La Gaceta", el diario oficial de Costa Rica, para explicar por qué ese país le concedió el "derecho de asilo" y lo acogió en la primera fase de su exilio. "Durante más de treinta y cinco años, el señor Fuentealba ha tenido participación activa y distinguida en la vida profesional y política de Chile, llegando a ser una de las figuras más prominentes del país", se lee en uno de los considerandos del dictamen del país centroamericano, fechado el 16 de enero de 1975.

Período "sabático": "Como soy trabajólico, a veces me arrepiento"

El despacho de Fuentealba, siete veces presidente de la DC, se ubica en el tercer piso de una céntrica galería de La Serena. En la calle Gregorio Cordovez, donde comerciantes y empleados están habituados a verlo llegar por las tardes.

Los anaqueles de su oficina están aún repletos de códigos y libros de Derecho, aunque él ya no ejerce como abogado. De hecho, quienes acuden al lugar son en su mayoría amigos de toda la vida y "camaradas" de la DC, entre ellos, jóvenes militantes que vienen en busca de algún consejo.

Hasta hace poco, Fuentealba aún navegaba entre pleitos y legajos. Tras dejar la Intendencia de la IV Región, en 2001, se desempeñó como asesor jurídico en la Municipalidad de La Serena. Después cumplió la misma tarea en la de Coquimbo. Ejerció esa función hasta hace poco más de un año, cuando renunció voluntariamente. Lo hizo para "dar paso a los jóvenes". "Claro que como soy trabajólico, a veces me arrepiento", bromea.

Pese a su actual período "sabático", como lo llama él, continúa activo. "Aunque la vista ya no está muy competente", por las mañanas suele leer la prensa o mirar televisión, para seguirle la pista al acontecer político. Ámbito en el que se desenvuelve desde 1935, cuando, animado por un discurso de Bernardo Leighton, uno de los "padres fundadores" de la Democracia Cristiana, entró a la Falange, antecesora de ese partido.

Sus almuerzos son "livianos", pues nunca se rindió a la buena mesa. De vez en cuando, sin embargo, se da una licencia y bebe una copa de vino o un bajativo. A media tarde va a su oficina, incluso si no tiene citas concertadas. Esos momentos de soledad le agradan, pues se sumerge en el voluminoso archivo político que formó, sin darse cuenta, durante ocho décadas: "Me entretengo muchísimo".

Entonces, lee, relee, ordena y clasifica cartas y una multiplicidad de documentos que en su gran...

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