'Los partidos nunca pensaron que Guillier iba a ganar'
Andrés Almeida recuerda el momento de la derrot
-Mi mamá entró a la pieza del hotel San Francisco y le dijo a mi papá que la elección era irremontable. Estábamos los tres ahí. Él dijo: "OK, ya". Se quedó callado y lo dejamos tranquilo. Al rato empezó a decir que teníamos que hacer el discurso de la derrota, que cuáles eran los pasos que seguían. Salió de la habitación y se juntó con la gente del círculo más íntimo. Nadie había hecho un discurso de la derrota.
La oficina de Andrés Almeida Farga, 42 años, es un espacio estrecho, con paredes de vidrio, papeles arrumbados y una pizarra blanca.
Estudió periodismo y luego historia en la Universidad Católica. Hoy es director de la revista América Economía y también hace clases de periodismo en la UC. Antes, hacía un taller de fact checking, pero tuvo que dejarlo, dice: los alumnos tenían que verificar las afirmaciones de los candidatos, y él ya trabajaba en el comando de su padre.
Allí tuvo una activa participación en el diseño de la campaña presidencial como jefe de comunicaciones.
-Nunca pensé que iba a ser parte de una elección presidencial y que iba a estar en política contingente. Y voy a seguir estando no desde la lógica partidaria, sino que desde las posibilidades que puede tener el mundo independiente. Creo que esa es la enseñanza que más expresó Alejandro con esto de que se puede. Pese a todo, contra todo, Alejandro fue candidato.
-¿Pese a qué?
-A que hay un problema de confianza bien grande, porque los partidos (de la Nueva Mayoría), lo que quisieron todo el tiempo, era coaptar la candidatura, transformarla en una candidatura de ellos, con alguien que fuera funcional a sus intereses. Los partidos nunca pensaron que Alejandro iba a ganar; entonces buscaron una candidatura que más o menos sirviera para las parlamentarias. Nunca pusieron un peso.
"Solo al final, cuando vieron que a lo mejor podíamos ganar, se plegaron".
Aterrizaje en Chile
Andrés Almeida Farga nació en Ecuador, mismo país de su padre, el antropólogo José Almeida. Su madre, María Cristina Farga, trabajaba con él en la Universidad Católica del Ecuador.
-Me acuerdo de jornadas enteras de viajes con mis papás por comunidades indígenas, en caminos rurales, en la zona de Imbabura, donde nació él -recuerda Almeida.
José Almeida y María Cristina Farga se separaron cuando Andrés tenía 6 años.
-Fue un período triste, tenía la sensación de que algo no estaba funcionando bien. Supongo que a todos los niños en casos similares les pasa eso.
En esa época, Alejandro Guillier estudiaba un magíster en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Quito y se fue a vivir al condominio El Inca, donde distintos exiliados de Sudamérica tenían domicilio: en ese mismo lugar vivían María Cristina y sus dos hijos, Andrés y Cristóbal.
Un año después, María Cristina y Alejandro comenzaron a pololear, pero no vivieron juntos hasta que decidieron dejar Ecuador para venirse a Chile. Andrés Almeida recuerda ese momento, a los 8 años, como uno de los más fuertes de su vida. Tenía que irse a un país del que solo sabía por los pósters que su madre tenía pegados en su casa en Quito.
-Chile era el país de la mamá y cuando llegamos nos dimos cuenta de que vivían en una dictadura espantosa. Además, aterrizamos en invierno en una ciudad gris, contaminada. Adaptarme a la cultura chilena no fue fácil, porque en Ecuador todo es más...
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