Paro de choferes por el 'Superclásico' redujo en 40% la oferta de buses
Lejos de las calles por las que debían transitar a esa hora, los choferes de Metbus aprovecharon de ver el partido que por años solo han escuchado mientras conducen, y que esta vez los hizo detener sus máquinas en protesta por los actos vandálicos que sufren cada vez que ambos equipos se enfrentan.
A fines del 2013, Pablo Gómez (40) conducía por Santa Rosa para uno de los encuentros deportivos. Faltaba una hora para que comenzara el partido, pero al llegar al paradero 70 de esta avenida, su trayecto tuvo un cambio repentino. Cuarenta hinchas de la "U" pararon el bus. Por una hora, Pablo manejó con una pistola en su cabeza, escuchaba cómo los asientos y ventanas eran destruidos.
"Me quería morir. Estuve tres meses con licencia, y para los partidos no paro de temblar", dice el conductor.
Desde entonces, cada vez que los equipos se enfrentan, el chofer sabe que tiene el apoyo de sus jefes, que le dijeron -en caso de ataques- "entrega el bus o haz caso, no te arriesgues".
La experiencia vivida por Pablo Gómez no es aislada. Los conductores denuncian que, en promedio, 250 máquinas quedan con daños y entre 25 y 30 choferes heridos después de cada Superclásico. Ayer, la cifra cambió, porque el 40% de los buses que operan un sábado en la tarde dejó de hacerlo. Unos seis mil conductores fueron los que protestaron.
"Hemos notado una baja que se concentra principalmente en los servicios 200, 500 y la zona G (sector sur de Santiago). Hemos pedido refuerzo para esos servicios, pero tenemos una baja significativa", reconoció el ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo, tras una reunión en la oficina de monitoreo del Transantiago.
Las autoridades afirmaron que las empresas que más buses sacaron de las calles fueron Metbus y Subus. En la última, solo el 8% de las máquinas estaba operativa cuando aún faltaba una hora para el partido.
Con la paralización, decenas de personas no tuvieron más opción que caminar. En Peñalolén, incluso, había camionetas que se ofrecían a $1.500 por llevar a los hinchas hasta el Estadio Nacional. Para evitar los problemas, el Gobierno aumentó el servicio del Metrotrén con once salidas adicionales, y la Empresa Metro aumentó su capacidad en 20%. Como ello podría llevar a que los hinchas se trasladaran en masa al tren subterráneo, las autoridades reforzaron su seguridad.
Con todo, dos horas después del encuentro deportivo, ya había 130 personas detenidas y dos buses atacados. Mucho menos que lo ocurrido en otras ocasiones...
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