La era de la pareja todo o nada
-Lo mío era una postura antisistema: soy rebelde y nunca me han gustado mucho las instituciones -dice, sobre por qué antes no había querido casarse-. Pero si realmente no me importa, y si puede ser beneficioso casarse en términos sociales, ¿por qué no? Después de pedírselo (a través de un programa de televisión), me di cuenta de que para ella sí era importante.
Para Salfate, lo central en su relación ha sido la amistad y la confianza. "Tuve más de siete años para conocerla antes de que fuéramos pareja. Así no te llevas sorpresas. Solo gratas sorpresas", comenta. Y agrega: "No creo en eso de que hay que admirar a la pareja, porque eso genera una relación vertical. Prefiero ver al otro abajo a veces, otras arriba, a veces igual. Estoy muy agradecido de haber estado acompañándonos en todas estas posiciones".
Según el psiquiatra Ricardo Capponi, apenas quince a veinte por ciento de las parejas consigue una relación con cualidades y defectos, pero duradera. Las parejas que llegan a esto, dice el psiquiatra, pueden considerarse como "logradas", lo que significa que han elaborado las frustraciones que van apareciendo en el camino y alcanzan lo que él llama "amor sexual maduro".
-Representan una expresión del amor impactante, admirable, y para muchos, envidiable -opina.
Ese quince a veinte por ciento de las parejas, médicamente hablando, tiene mucho a su favor: cada vez más estudios comprueban que, cuando el vínculo es bueno, hace bien para la salud. Los que tienen una unión satisfactoria y de largo plazo tienen menos riesgo de sufrir infartos, enfermedades coronarias o depresión, según estudios recopilados por la doctora Laura J. Martin para el portal médico estadounidense WebMD. También responden mejor al estrés y se recuperan más rápido de enfermedades comunes. Todo esto podría deberse, según la doctora, a que contar con una pareja estable puede ser un factor protector que promueve el autocuidado. Por el contrario, cuando el vínculo es fuente de conflictos y estrés, aumentan los índices de depresión y obesidad. Estos resultados son válidos, precisa, no solo para matrimonios, sino también para quienes establecen convivencias de muchos años y podrían ser extendidos a parejas del mismo sexo, aunque aún falta investigación en esa línea.
El caso de Salfate es quizás algo extremo, por la cantidad de años que pasaron antes de que decidieran casarse, pero está lejos de ser un caso aislado: el psiquiatra Marco Antonio de la Parra ha observado que el compromiso formal entre las parejas sigue teniendo valor, pero se celebra cada vez más tarde.
-Se hace frecuente vivir juntos antes de firmar el contrato, el cual se ve como el sello de un amor importante, un apego sincero y duradero que ha pasado la prueba de la convivencia. El matrimonio igualitario parece buscar ese reconocimiento. (...) De pronto se descubre esa necesidad de estabilidad, de compañía, de la complicidad por encima de la diversión permanente y de tener "cada uno su metro cuadrado" como refugio a veces narcisista -reflexiona el psiquiatra.
Las cifras en Chile confirman esta mirada. Según el Registro Civil, en Chile son más las parejas que se casan que las que se divorcian: en 2015, se celebraron 63.749 matrimonios, mientras que los divorcios llegaron ese año a 44.269. Desde que entró en vigencia la posibilidad de contraer una unión civil, el 22 de octubre de 2015, y hasta el 30 de junio, se han realizado 6.360 de estas uniones, y solo 177 se han anulado. Con todo, en 2012 varios artículos de prensa señalaron a Chile como el país con la tasa de divorcios más alta de Sudamérica.
-En el lapso de una década, la percepción del matrimonio como un vínculo indisoluble ha descendido notablemente, lo que concuerda con la aceptación cada vez mayor de la convivencia -dice Francisca Alessandri, coordinadora de la Encuesta Bicentenario, realizada por el Centro de Políticas Públicas de la UC. En su versión 2015, ante la afirmación "el...
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