En barcos desde India y Paraguay, y ocultos en autos desde Argentina llegan los cigarros de contrabando
Martes, cuatro de la tarde. En calle Exposición esquina Alameda, entre el ruido de las micros que aceleran y las conversaciones de la gente que va a la Estación Central, sobresale la voz de una mujer de polar morado y pantalón negro que ofrece cigarros. "Lucky, Pall Mall, importados, Dunhill", dice.
A los pocos segundos, un joven de pelo al estilo de los futbolistas, aro en la oreja y chaqueta deportiva azul con líneas blancas en los brazos se acerca y pide un Lucky click. La transacción es rápida y el precio es de $2.000.
Unas cuadras más arriba, en Alameda con Ejército, sobre el muro de la escalera que baja a la estación Los Héroes del Metro, un hombre en silla de ruedas tiene montada una verdadera tabaquería. Ofrece Lucky, Marlboro y Belmont en cuatro montones de diez cajetillas cada uno.
"Hace más de cinco años que está ahí. Todos los de la universidad le compramos. Los viernes se arman colas de clientes para abastecerse para el fin de semana", cuenta una ex alumna de la Universidad Diego Portales.
La venta de cigarros de contrabando se repite frente a la sede de Derecho de la Universidad de Chile, en la Plaza de Maipú y en la Plaza de Puente Alto, la feria Los Morros y los persas Teniente Cruz y Bío Bío.
El tema del contrabando de cigarrillos saltó nuevamente al tapete este año, luego que la reforma tributaria considerara una nueva alza del impuesto específico a este producto.
Defraudan al fisco
En el mundo, uno de cada ocho cigarrillos es ilegal, tanto falsificados (ver recuadro) como de contrabando. En Chile el 7% de lo que se fuma proviene del tráfico.
Los cigarros de contrabando son marcas que en su país de origen son lícitas, pero que ingresan al país escondidos, defraudando al fisco chileno por los impuestos que se dejan de pagar, explica Hugo Pérez, jefe nacional de Delitos Económicos de la PDI.
Según cifras de Aduanas, las 4,6 millones de cajetillas decomisadas en 2013 habrían significado una defraudación al fisco de US$ 17,2 millones de haber entrado en circulación. Dichos cigarros, además, no cumplen con los permisos sanitarios para comercializarse en Chile.
Aquí hay tres empresas autorizadas para vender: British American Tobacco (BAT) -ex Chiletabacos-, que maneja más del 90% del mercado; Philip Morris, y Tanasa. Esta última vende cigarros de bajo precio. Estas compañías pagan hoy el 82,3% de sus ventas en impuestos. Es decir, de una cajetilla de $2.800, $2.304 son impuestos.
Los altos precios de los cigarros chilenos, comparado con los países vecinos, hace que traerlos de fuera del país y ponerlos en venta aquí sea rentable para los delincuentes.
En Argentina, la cajetilla de 20 Lucky Strike cuesta $17,50 argentinos ($1.225 chilenos) y en Chile vale $2.800. Los contrabandistas los venden aquí a $2.000.
El contrabando se ha incrementado y así lo revelan las cifras de decomisos del Servicio Nacional de Aduanas. Entre 2005 y 2013 subieron 279% los cigarrillos decomisados. El alza de impuestos de los...
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