Papa dice que ayudar a pobres y migrantes es tan importante como luchar contra el aborto
En un lenguaje simple y dirigido en primera persona al lector, algo inédito en este tipo de documentos, el Papa Francisco publicó ayer la exhortación apostólica "Gaudete et Exsultate" ("Alegraos y regocijaos"), un llamado a la santidad en el siglo XXI.
Este es el tercer texto de este tipo escrito por Francisco en sus cinco años de pontificado, después de "Evangelii gaudium" (2013) y "Amoris laetitia" (2016).
En 42 páginas, en su versión en español, cinco capítulos y 177 párrafos, el Papa aborda temas como la santidad, la pobreza, la inmigración, la corrupción, las redes sociales, las tentaciones del diablo y el discernimiento.
Una exhortación apostólica es una recomendación que el Papa hace a sus fieles, a diferencia de las encíclicas que sí son parte de la doctrina de la Iglesia, como las dos que ha publicado Francisco: "Lumen Fidei" (2013) y "Laudato Si" (2015).
Para el vaticanista Andrea Tornielli, lo más importante de esta exhortación apostólica "es la indicación, la sugerencia que hace el Papa de una vía hacia la santidad que es para todos, para la gente común. Una santidad que se puede vivir en el trabajo de cada día".
Según el editor del sitio Vatican Insider, en comparación con las otras dos anteriores, "es un poquito más pequeña, pero va en la misma dirección: la primacía de la gracia de Dios, no del elitismo de los que creen que la salvación es el fruto de sus capacidades y voluntad, y atención a los más débiles".
El Pontífice también responde a quienes critican su opción por el compromiso social de la Iglesia. Según Tornielli, esa respuesta "no solo alcanza a su persona, hay católicos que dicen eso de otros católicos. Es más que una acusación hecha en contra del Papa".
A continuación, algunas de las principales reflexiones del Pontífice.
Santidad
Es el gran mensaje de esta exhortación apostólica y al comienzo el Papa advierte que su "humilde objetivo es hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades".
En su llamado, el Papa dice que "los santos sorprenden, desinstalan, porque sus vidas nos invitan a salir de la mediocridad tranquila y anestesiante", pero recuerda que, "para ser santos no es necesario ser obispos, sacerdotes, religiosas o religiosos".
"Muchas veces tenemos la tentación de pensar que la santidad está reservada solo para quienes tienen la posibilidad de tomar distancia de las ocupaciones ordinarias, para dedicar mucho tiempo...
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