El Papa cumple su primer año con amplias reformas al Banco Vaticano y a las finanzas de la Santa Sede
En el mundo ya se habla del "Efecto Francisco" para explicar el aumento que ha habido de visitantes al Vaticano, durante el primer año de pontificado del argentino Jorge Bergoglio, el Papa Francisco.
Este primer año de su papado no solo se ha caracterizado por sus llamados a una Iglesia más humilde y cercana, sino también por sus muestras de austeridad y el emprendimiento de reformas económicas en el Vaticano.
Francisco asumió el liderazgo de la Iglesia en medio de una ola de rumores y denuncias de corrupción que hacía años afectaban al Instituto para las Obras de la Religión (IOR), más conocido como Banco Vaticano, cuya función es manejar depósitos de organizaciones religiosas, fundaciones y personas ligadas a la Iglesia.
Pero en 2010 la justicia italiana congeló US$ 30 millones del IOR y puso a sus dos máximos ejecutivos bajo investigación por lavado de dinero. Si bien la investigación fue desechada a finales de 2012 y el dinero restituido, el proceso fue traumático para el Vaticano, pues incluyó la filtración de supuestos documentos internos en los que se acusaba del pago de coimas y otras prácticas de corrupción.
Incluso se especuló que la filtración de los documentos, caso conocido como los VatiLeaks, y la incapacidad de realizar las reformas necesarias, habrían estado detrás de la inesperada e histórica renuncia de Benedicto XVI.
El Papa Francisco asumió el 13 de marzo de 2013 y su primera gran reforma económica ocurrió en junio. A través de un decreto entregó más poderes a la Autoridad Financiera Vaticana (AFV), creada por su antecesor para supervisar las acciones del IOR. El Pontífice también se aseguró de que la AFV reportara directamente a él.
Un mes después, el contador del Vaticano, monseñor Nunzio Scarano, fue detenido cuando intentaba transportar US$ 26 millones de Italia a Suiza y fue puesto bajo investigación por lavado de dinero a través del IOR. Ese mismo mes, el Papa estableció dos comisiones. Una a cargo de decidir las reformas y futuro del Banco Vaticano, y otra a cargo de evaluar las reformas económicas y administrativas del pequeño Estado y de la Santa Sede.
Con el apoyo del Papa, el presidente del IOR, el banquero alemán Ernst von Freyberg (nombrado por Benedicto XVI días antes de su renuncia) contrató a la consultora Promontory Financial Group, para la revisión de las 19.000 cuentas del banco y del manejo de la APSA, unidad a cargo de los bienes inmobiliarios e inversiones de la Santa Sede.
En sus primeros meses de...
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