Paola Tapia Su viaje más personal
-Todo el mundo se acuerda de mi matrimonio, porque mi papá hizo un discurso hablando de los troncales y los alimentadores, para hacer un símil con los mozos que atendían esa noche. No sé si era el mejor chiste, pero nunca más nadie lo olvidó- dice con una sonrisa de asumida desazón la nueva ministra de Transporte y Telecomunicaciones, a dos meses de haber asumido su puesto y a diez años no solo de haberse casado, sino de haber presenciado, entonces, como fiscal del ministerio, la trágica partida del Transantiago en la capital.
Así grafica lo tragicómico de la situación:
-Obviamente el transporte ha marcado mucho mi vida personal.
La ministra explica que esa noche del 31 de marzo de 2007, a un poco más de un mes de la partida del sistema licitado de transporte urbano, ella, como buena parte del equipo del ministerio, venían trabajando a un ritmo que no daba espacio para la vida extra laboral. El fracaso en la implementación de la política pública, la carrera por detectar las fallas del diseño y, en su caso, comenzar a cursar las primeras infracciones a los operadores, la llevó a reordenar su prioridad:
-Todos esos primeros meses trabajamos desde las 6:30 de la mañana hasta las 9 de la noche; fines de semana también. Yo podía hacerlo, no tenía hijos, pero sí me iba casar. Recién me había casado por el Civil y mi matrimonio era el 31 de marzo, pero comprenderás que después de ese 10 de febrero, nunca más me preocupé de mi matrimonio. No tenía ni vestido de novia, y si finalmente me casé fue porque ya tenía la iglesia y el local arrendado. Un par de semanas antes de la fecha, llego a comprar un vestido y me dicen: "Pero qué novia más relajada. Nunca habíamos visto una así" -vuelve a sonreír con aceptación-. Con todo lo que estaba pasando en mi trabajo, no me iba a estresar por mi matrimonio. O sea, mi matrimonio era nada al lado de lo que estaba pasando la gente. Y, más encima, el 26 de marzo, vino el cambio de ministro. Así que agarré el teléfono y llamé a mi marido para decirle: "Ven a buscarme que me tengo que llevar mis cosas. Esto se acabó".
-¿Pensó que se quedaba sin trabajo?
-Sí, lo pensé. Pero, bueno, sale el ministro Espejo y llega el ministro Cortázar, muy formal, y comenzamos a trabajar; todo siguió. Por eso, de verdad, yo creo que las confianzas se generan con el trabajo, no tiene que ver con las militancias políticas. Él vio que queríamos hacer las cosas bien y que íbamos a trabajar para revertir la situación. Y esto era un día martes, y el sábado me casé. No podía postergar mi vida personal tampoco. Lo que sí postergué fue la luna de miel.
Dicen que el estilo ejecutivo de esta abogada de 41 años, sin militancia política y madre de dos hijos -de 6 y 4 años de edad-, hizo que su nombre fuera el convocado para hacerse cargo de la cartera donde por 13 años trabajó. En medio del descrédito político del cargo, con los índices de evasión más altos de la historia y a horas de que se votara una interpelación contra el entonces ministro Gómez-Lobo fue que recibió el llamado presidencial. Cuenta que la Presidenta la llamó a las 8 de la...
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